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jueves, marzo 28, 2024

Estamos en revolución

Los revolucionarios no olvidan que México está lleno de odios y traiciones. Vendettas simuladas entre los grupos políticos, persecuciones políticas; familiares de funcionarios públicos involucrados en negocios sucios y corruptos, sexenales y transexenales. Hay quienes no pueden evadir ser corruptos, traicioneros, es parte de su naturaleza, son el lado oscuro del sistema político.

Los reaccionarios que se encuentran en el PAN están asesorando a reaccionarios que militan en el PRI, así nunca llegarán a ser más de lo que son; están los resentidos políticos sembrando odio y traiciones, y sin lugar a dudas ayudan al servicio de la inteligencia del gobierno norteamericano.

Son grupos de bandoleros, banda de pillos que mal gobiernan, practican el autoritarismo y corrupción; el revolucionario debe exigir el cumplimiento de las leyes y reglamentos, no olvidar que también están las instituciones internacionales.

Recuerdo parte del Discurso de Heberto Castillo pronunciado el 27 de agosto de 1968 en el Zócalo de la Ciudad de México: “Hemos llegado aquí para reivindicar a la Constitución General de la República, sistemáticamente violada. Ese pequeño gran documento que se había convertido en el “libro olvidado”. Ese documento es el que ha servido de bandera a la juventud estudiosa de México, y a nosotros sus maestros… Nosotros buscamos otros horizontes. Y para ello acudimos a la Carta Magna. Esa es nuestra bandera. En eso son más elocuentes Pareto, Nash e incluso Marx, quienes logran explicar por qué hay desigualdad pese a que existan transacciones que parten de garantizar un aparente valor de cambio y plusvalía justas”.

Los revolucionarios son combativos y tienen discurso, futuro y argumentos para dar la batalla y derrotar a los líderes e intelectuales reaccionarios. Los revolucionarios no tienen miedo. Los revolucionarios no son parásitos sociales.

Esta época histórica es una época distinta en el cual no se dan acontecimientos revolucionarios armados y violentos; se están dando dentro de las instituciones, dentro del Congreso de la Unión.

El poder legislativo es el poder del pueblo, tiene legitimidad, sus decisiones aprobadas son legales y legítimas: son los representantes del pueblo. El Congreso de la Unión es un cuerpo legal y legítimo único, unido por los representantes del pueblo; unidas las fuerzas políticas dan a conocer sus diferencias y se manifiestan rasgos específicos de cada fuerza política, son el reflejo de la realidad dentro de un contexto revolucionario.

La revolución está vinculada a la sociedad mexicana, entonces, su existencia es real, objetiva y concreta; la revolución se da en la sociedad, en una sociedad llena de contradicciones que son determinantes y no se pueden ocultar, están expresando su voluntad dentro de las instituciones o fuera de ellas, dentro de la Cámara de Senadores y dentro de la Cámara de Diputados, y fuera de las dos cámaras representativas del pueblo, en las calles y en las plazas; México está en movimiento revolucionario.
Así los revolucionarios creen la posibilidad de un cambio y que puede tener repercusiones universales, entonces existe un nexo entre lo particular y lo universal, no están separados de la globalidad, están en indisoluble vinculación con lo universal; nuestra particularidad como revolucionarios mexicanos, que construimos nuestro propio concepto de revolución.

Por lo tanto, estamos ante un nuevo orden mundial, un nuevo orden en el campo económico, en el social y en el político; es un nuevo orden mundial diferente al del siglo XIX y siglo XX; estamos ante una nueva revolución diferente, ante un mundo diferente, ante una sociedad diferente al siglo XIX y el siglo XX; estamos en una revolución de avanzada, que evoluciona y revoluciona la vida de los mexicanos. Los revolucionarios mexicanos ya son ejemplo a seguir en el mundo.
La corriente revolucionario de México tiene metas globales, nuevos objetivos y nuevos propósitos; ¿cuáles serán y cómo lograrlos? Los revolucionarios son el progreso de la sociedad mexicana, es la fuerza renovadora. No están por la improvisación de soluciones, sino aclarar qué objetivos se han incumplido de pasado y que objetivos se deben cumplir en el futuro. ¿Cuáles se mantienen pendientes y cuáles están a medias y cuáles no se han realizado, cuáles están pendientes?

No podemos hablar del porvenir sin hablar del presente, no podemos hablar del presente sin hablar del pasado, el pasado, el presente y el futuro están unidos, esto debe tomar en cuenta el gobierno que está revolucionando a México.
Algunos sectores reaccionarios están en contra de los cambios revolucionarios y democráticos del país, tratan de detener el progreso del país, están por el retroceso democrático.

Todos los revolucionarios están defendiendo esta nueva etapa que debe caracterizarse por aprovechar lo que hemos realizado en el pasado para alcanzar nuevas metas y la exigencia dinámica que exige la globalidad. Pensar, reflexionar, estudiar la realidad se transforma por media de la legalidad e institucionalidad y constitucionalidad.

No se puede seguir interrumpiendo el proceso histórico de México por las fuerzas más negativas de México.

Entonces, el progreso de las fuerzas productivas es incesante, aquellos que se resisten al cambio estarán en constante enfrentamiento, contra el pueblo, en el que se concentra las fuerzas productivas que son revolucionarias, y estas fuerzas que están por el cambio están en conflicto con las fuerzas reaccionarias.

 

Octavio Aristeo López
Octavio Aristeo López
Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Nacional Autónoma de México. Correo electrónico: oaristeolopez@gmail.com

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