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martes, abril 16, 2024

Gobernar no es fácil

En este espacio hemos realizado reflexiones que son tomadas en cuenta por el actual gobierno. Pueden revisar lo escrito durante 2018, por ejemplo, el 29 de enero, 26 de febrero, 2 de abril, 6 de abril, 6 de agosto de 2018, entre otros, donde señalo que la tecnocracia tiene una ideología, que sustenta la hipótesis que la técnica supera a la política, sus principales ideólogos son Saint Simón y Augusto Comte. Es una forma de gobierno impulsado por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

Por ello, la mayoría de los puestos públicos de la Administración Pública Federal en México están todavía dirigidos por tecnócratas que no dejarán el poder fácilmente, han viciado las instituciones y no permiten el funcionamiento adecuado al que están encomendadas; buscan formas de sabotaje en el combate a la corrupción e impunidad, este es el reflejo de la práctica que se tiene en México, por lo que, no existe tal depuración.

Por lo mismo, la tecnocracia sigue como forma de gobierno actual, es la que todavía actúa e informa al primer círculo de la Administración Pública Federal que procesa la información que llega al jefe del Poder Ejecutivo en la toma de decisiones, esto se nota claramente en las conferencias matutinas.

A estos corruptos endémicos no les interesa la sociedad, es su formación, sus usos y costumbres es ley para ellos. No poseen suficientes valores constitucionales ni éticos; por lo mismo, contagian a los que lo rodean; el que está en contacto con estas áreas corruptas o funcionarios públicos corruptos, que siguen funcionando en el segundo y tercer nivel de gobierno por la no aplicación de la justicia de la ley, pues tiene una mayor probabilidad de ser víctima y salir contagiado a pertenecer a la corrupción endémica.

Por ejemplo, existen algunos líderes estudiantiles de 1968, 1971, 1986, 1999, 2012, etcétera, que se incorporaron al servicio público y terminaron con prácticas muy similares a las que tanto se opusieron en su activismo como estudiantes.

Antes, luchaban por la democratización del país; hoy su lucha es por solo por el poder, se olvidaron de sus raíces por estar enfermos de este poder político que quieren conservar al costo que sea, a costa incluso de asesinatos y secuestros, no piensan que son delincuentes, creen que son políticos profesionales. Observen las estructuras administrativas del Gobierno de la Ciudad de México actual.

Señala el historiador británico Eric John Ernest Hobsbawm en su libro Bandidos: “Por tanto, para comprender el bandolerismo y su historia debemos verlo en el contexto de la historia del poder.” “Los bandidos, por definición, se resisten a obedecer, están fuera del alcance del poder, ellos mismos son ejercitadores potenciales de poder y, por tanto, rebeldes en potencia. De hecho, el significado (italiano) original de la palabra bandido es un hombre «declarado fuera de la ley» por las razones que sean, aunque no es extraño que los forajidos se convirtieran fácilmente en ladrones”.

Determina el refrán popular: “nuevo rey, nueva ley”. “Rey nuevo, ley nueva”, “Es ley la que quiere el rey”, “Cuál es el rey, tal es la ley”. A donde guía la ley no hay peligros porque el pueblo no odia a sus príncipes o a sus amos, a pesar de que en la tierra prometida esté llena de facinerosos y delincuentes que quieren regresar al pasado. Argumentan, gritan, por no ser castigados y no son castigados por el nuevo gobierno que solo cumple las instrucciones del Presidente de la República.

Al respecto, nos dice el jurista, político, escritor y orador romano Marco Tulio Cicerón (106 a.C. – fue asesinado el 7 de diciembre de 43 a.C.): “Pues, si los dioses dieron al hombre la razón, le dieron la malicia; pues la malicia es un planteamiento racional, artero y astuto, del modo de hacer daño y asimismo los propios dioses dieron la capacidad de fraude, de cometer un crimen y todos los demás delitos, ninguno de los cuales puede ser planeado o ejecutado sin razonar” (Sobre la naturaleza de los dioses).

A pesar de que constantemente se diga “a partir del primero de diciembre del 2018 habrá un Estado democrático de derecho. Se aplicará al pie de la letra el criterio de que al margen de la ley, nada; y por encima de la ley nadie”, si no son castigados los delincuentes, corruptos y criminales que todavía están en las estructuras del nuevo gobierno, solo son palabras vacías, es complicidad en todos los niveles.

Si, un funcionario público no cumple con la ley ni con la Constitución Política de los Estados Unidos mexicanos vigentes está atentando contra el poder legal que tiene el Jefe del Poder Ejecutivo y contra el pueblo; es maldad y complot contra el orden establecido, es enemigo del jefe del Poder Ejecutivo y del pueblo.

Si no es castigado, al contrario es premiado, entonces se convierte en verdad para el pueblo la siguiente frase: “la ley es firme de cola, pero quien quiere la viola”, “la costumbre hace ley”, al no existir depuración de la Administración Pública Federal.

Por consiguiente, señala Nicolás Maquiavelo: “todos los príncipes deben desear ser temidos por clementes y no por crueles.” La clemencia debe aplicarse a su pueblo no a los delincuentes,  criminales, asesinos y corruptos; si se es clemente con ellos que le rinden culto a la muerte, entonces, es una clemencia mal empleada.

O, se espera el “milagro” de la conversión de Saulo de Tarso para que los reaccionarios se conviertan en revolucionarios; que los funcionarios públicos corruptos y criminales transformen su pensamiento y comportamiento ante la amenaza que no es cumplida: “Dura cosa te es dar coces contra el aguijón”, es un proverbio de esa época histórica basada en la imagen de un buey que da patadas contra la misma aguijada con que el boyero lo estimula, traduciendo, hace referencia a la resistencia inútil del hombre contra el llamado a cambiar su vida. Es decir, seguimos dando coces.

Al respecto, señala el pensador político inglés Edmund Burke (1729-1797): “Cuando el hombre público no llega a colocarse en situación de cumplir su deber con eficacia, esa omisión frustra los propósitos de su mandato casi en la misma forma que si lo hubiese traicionado abiertamente”.

Por cierto, el Artículo 7 del Código Federal Penal de México señala “Delito es el acto u omisión que sancionan las leyes penales. En los delitos de resultado material también será atribuible el resultado típico producido al que omita impedirlo, si éste tenía el deber jurídico de evitarlo. En estos casos se considerará que el resultado es consecuencia de una conducta omisiva, cuando se determine que el que omite impedirlo tenía el deber de actuar para ello, derivado de una ley, de un contrato o de su propio actuar precedente”.

Sabemos que el gobierno es una organización construida por el hombre civilizado que lo hace diferente del hombre primitivo; engrandecer su poder y conseguir sus deseos por medio de un esquema de cooperación humana, que tiene deberes que cumplir como el de ser autoridad, es su herencia social; por ello, gobernar no es fácil.

 

Octavio Aristeo López
Octavio Aristeo López
Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Nacional Autónoma de México. Correo electrónico: oaristeolopez@gmail.com

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