El Presidente de la República en turno ya no unifica, está debilitando y dañando el presidencialismo mexicano, institución milenaria y simbólica que unifica, que representa a la nación, por lo que, en medio de la crisis política en la que se encuentra el país, el sistema presidencial se está renovando, no para ser destruido sino para salir fortalecido.
El Jefe del Poder Ejecutivo mexicano tiene demasiadas deudas con el pueblo mexicano, debido a su incapacidad para gobernar y controlar a los funcionarios corruptos a quienes les dio cargos públicos. Además, tiene problemas con múltiples grupos como la comunidad judía nacional e internacional, como si fuera poca cosa, existe una larga lista de agravios en contra del pueblo mexicanos con la más reciente invitación a México del republicano Donald Trump o la fuga de los exgobernadores de Chihuahua y Veracruz.
Ustedes dirán, pero si el sistema presidencial está en crisis, sucede que está en crisis la clase política gobernante corrupta y asesina, ellos no representan a la nación ni al sistema presidencial, por ello, urge su renuncia de las instituciones que están dañando y su retirada del escenario global, porque están afectando el desarrollo económico y político de México.
La soberanía del pueblo mexicano está en duda y la figura presidencial está siendo pisoteada por el actual jefe del Poder Ejecutivo, por cometer errores metodológicos al gobernar. El gobernante gobierna a su pueblo, sin pueblo a quien se gobierna y el pueblo es soberano. El pueblo mexicano debe recuperar su dignidad y su soberanía, la Cámara de Diputados ya se convirtió un nido de políticos corruptos y con fuero, esto es impunidad, son los intocables.
Para que México avance es necesario una sacudida para limpiarse de parásitos, bichos, microbios, virus, que están afectando a todo el cuerpo político, es decir, es necesario conservar parásitos, bichos, microbios, virus, para que el cuerpo sea inmune, pero en exceso enferma al cuerpo hasta su extermino.
Cuidado con la traición. Benito Juárez García decía en una carta al austriaco Fernando Maximiliano José María de Habsburgo-Lorena, segundo Emperador de México (el primero fue Agustín de Iturbide), el 28 de mayo de 1864 “la historia contemporánea registra el nombre de grandes traidores que han violado sus juramentos y sus grandes promesas; que en estas traiciones el traidor ha sido guiado por una ambición de mando y un vil deseo de satisfacer sus propias pasiones y aun sus mismos vicios… pero hay una cosa que está fuera de alcance de la perversidad y es el fallo tremendo de la historia. Ella nos juzgará”.
Señala Aristóteles, famoso filósofo griego, la ciudad existe por naturaleza y que él hombre es un animal político, que vive en comunidad, que vive en el pueblo. “Así pues, cuando el hombre llega a la perfección, es el mejor de los animales; también, es el peor de todos cuando está divorciado de la ley y la justicia. Y resulta también, que por naturaleza, el hombre que carece de ciudad, no respeta la ley ni tiene hogar, es amante de la guerra”. El que no tiene pueblo o está desvinculado del pueblo, es amante de la guerra. ¿Democracia o gobierno policiaco?
Por ello, es importante siempre recordar el comentario de Porfirio Díaz Mori, famoso dictador y asesino mexicano, que conoció estos excesos en sus épocas como gobernante y que fue uno de los motivos de la Revolución Mexicana.
Porfirio Díaz Mori señala en la Entrevista Díaz-Creelman: “La experiencia me ha convencido de que un gobierno progresista debe buscar premiar la ambición individual tanto como sea posible, pero debe poseer un extinguidor, para usarlo firme y sabiamente cuando la ambición individual arde demasiado para que siga conviviendo al bien común”.
De aquí que, México está lleno de fosas clandestinas, llenas de cadáveres, en Morelos, Durango, Coahuila, Chihuahua, Tamaulipas, Guerrero, Michoacán, y Veracruz, existen cementerios ilegales más grandes del país, entre otros; además, es inhumano cometer crímenes de lesa humanidad con impunidad, como sucedió en Ayotzinapa (Guerrero), Tlatlaya (Estado de México), Apatzingán y Tanhuato (Michoacán), Nochixtlán (Oaxaca), los más conocidos.
Los líderes y dirigentes de los partidos políticos reclutan a la clase política gobernante corrupta y asesina, reciclada en el Instituto Nacional Electoral en cada proceso electoral. Expropian y se apropian de la soberanía y del presupuesto público para su uso personal, es el privilegio de una oligarquía aristócrata mexicana, que se sirve del presupuesto público, es un grupo de ladronzuelos que están luchando por la Presidencia de la República.
La oligarquía aristócrata mexicana está pensando en su sobrevivencia, por ello, están apostando para que sigan los intereses que los mantienen, de aquí, su apuesta por los Clinton y no por el bienestar del pueblo mexicano; le apuestan a los Clinton, porque rste grupo oligárquico político financiero norteamericano los llevó a ganar y conservar el poder en México, para defender sus intereses económicos en México y no los del pueblo de México.
Por lo mismo, Slavoj Žižek, filósofo y sociólogo, esloveno, en su análisis sobre los Panama Papers, afirmó que “estamos frente a las imágenes más sucias de la pornografía financiera del mundo de los ricos”. (Revista Newsweek).
Quien gane, ya sea Hilary Clinton o Donald Trump, son un peligro para el pueblo mexicano, ambos tienen el mismo objetivo, la invasión lenta del territorio nacional de México hasta convertirla en colonia del gobierno norteamericano; es lo que desean los conservadores de ambos países para alcanzar una supuesta civilización, libertades, aceptar un nuevo orden, nuevos usos y costumbres diferentes a las nuestras, aceptar un punto diferente al de nuestra historia y cultura. Así sucedió la separación de Texas de México en el siglo XIX, para ser exactos, el 2 de febrero de 1848 con la firma del Tratado Guadalupe Hidalgo.
Esto es una muestra histórica de las relaciones entre México y los Estados Unidos, es una invasión silenciosa, que desde el periodo independentista está marcada por el apetito expansionista territorial estadounidense. Es un proceso gradual de invasión a México por parte del gobierno norteamericano que no cesa, se viene gestando desde el siglo XIX; que tarde o temprano, tiene la ilusión, de que México se integre completamente al territorio de Estado Unidos de América. Como sucedió con la anexión de Hawai y la colonización de Puerto Rico y de Filipinas.
Poco a poco, lentamente, los habitantes de Estados Unidos se introducen a territorio mexicano adquiriendo tierras, algunas regiones están sometidas a sus leyes, imponiendo reglas y costumbres, aislando y excluyendo a los mexicanos de estas regiones del país, uno de varios ejemplos son las costas de varias playas.
Termino recordando la tesis de Richard Lansing, secretario de Estado de Woodrow Wilson, que desde 1924 se está cumpliendo al pie de la letra: “México es un país extraordinariamente fácil de dominar porque basta con controlar a un solo hombre: el presidente. Tenemos que abandonar la idea de poner en la presidencia mexicana a un ciudadano americano, ya que eso llevaría otra vez a la guerra. La solución necesita más tiempo; debemos abrir a los jóvenes ambiciosos las puertas de nuestras universidades y hacer el esfuerzo de educarlos en el modo de vida americano, en nuestros valores y en el respeto al liderazgo de Estados Unidos… Con el tiempo esos jóvenes llegarán a ocupar cargos importantes y eventualmente se adueñarán de la presidencia. Sin necesidad de que los EUA gasten un centavo o dispare un tiro, harán lo que queramos. Y lo harán mejor y más radicalmente que nosotros”.
La invasión norteamericana en México, está en proceso y se intensificó en los últimos tres periodos presidenciales.
Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales,
Universidad Nacional Autónoma de México.
oaristeolopez@gmail.com