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miércoles, mayo 14, 2025

Los cambios que vienen

Estar atentos a los cambios que vienen es tener oficio político y no perder de vista que autoridad no es sinónimo de poder, tampoco legalidad es sinónimo de legitimidad. El conflicto no se resuelve, eliminado al otro, al contrario, es aceptar su presencia y escucharlo, es dialogar. Pero, dialogar no es gritar, amenazar o amedrentar, es alcanzar el consenso, acuerdos.

Por lo mismo, un sistema que no acepta la crítica, intolerante, tiránico o dictatorial, no está atento a los cambios que vienen, más cuando existen irregularidades electorales, desorden en las entidades, complicidades entre el crimen organizado y las clase política gobernante. Por ejemplo, el recuento de votos de Florida, Estados Unidos de América, hace 16 años, en noviembre de 2000, cuando el republicano George W. Bush obtuvo menos votos que el demócrata Al Gore y ganó la presidencia norteamericana por el formato del Colegio Electoral, ese momento histórico electoral fue criticado por Donald Trump, como un desastre a la democracia; otro ejemplo, es lo que está sucediendo en Morelos y Veracruz en México

Ahora, Trump, gano la presidencia norteamericana por el formato del Colegio Electoral en donde Hilary Clinton obtuvo el voto popular, pero no el electoral, y perdió la elección presidencial. Los ciudadanos norteamericanos, y de otros países, manifiestan con su voto estar atentos a los cambios que vienen, están en contra de las reformas antidemocráticas y la corrupción de la clase gobernante que afecta su economía familiar y certidumbre, como sucede en Inglaterra, Italia, Grecia; se gestan movimientos sociales fuertes en Francia, España, junto con movimientos separatistas, que ponen en peligro la Unión Europea y el poderío de los Estados Unidos. Un elemento que provoca cambios es la preocupación al crecimiento de la deuda externa y la recesión de los países.

Son los claroscuros de los acontecimientos inoportunos que se manifiestan sin previo aviso para lograr cambios, solo están ahí, como un gran acontecimiento de la inercia de la vida que no controlamos; se pueden prever, pero no controlar por medio la gobernanza o una excelente gestión pública con la adecuada política pública eficaz, no impide los cambios necesarios, no detiene los cambios que vienen.

No está atenta a los cambios la extrema derecha dedicada a manipular símbolos más primitivos del ser humano, de aquí que, la construcción de conceptos que proponen está alejada de la realidad, solo son modelos ideales que beneficia a la elite de una clase política que busca eternizarse en el poder, por ello, monopoliza el poder para sus propios intereses, ellos, por ejemplo, determinan que es pueblo y que no, que es populismo y que no es populismo, manipulan a su antojo los términos conceptuales que los hacen hegemónicos, demagogos, vacíos de contenido y de representación.

Por consiguiente, existen movimientos pequeños que proponen clarificar y especificar conceptos, son los excluidos del sistema quienes aclaran ideas y propuestas, están atentos a los cambios que vienen, buscan la identidad simbólica entre los integrantes del pueblo y el concepto, encarnar al pueblo fuera del establishment de la clase política conservadora acostumbrada a manipular datos y conceptos; ser gestora del poder en lo superficial es un fracaso ante la manifestación y el respeto de las profundidades de los sentimientos del pueblo, que busca cambios.

La política no está muerta, está atenta a los cambios que vienen, es activa y actuante, es un ritual lleno de símbolos que se manifiesta en los nuevos tiempos políticos, ante la crisis financiera y económica que baja los niveles de vida de los ciudadanos, aumentando la pobreza, perdida del patrimonio injustamente ante los grandes flujos de inversión para entrar al marcado de la libre competencia sin reglas claras, de aquí, que los centros financieros internacionales busquen a los representantes de los cambios que vienen en cada país, más si cuentan con 16 millones de votos que los resplandina pero, algunos están enfermos, el tiempo no pasa en valde.

Así, se entiende el recuerdo de Carlos Salinas de Gortari, que dijo Fidel Castro “los que dicen: abajo con la globalización, es como decir abajo con la ley de gravedad”. Al respecto, está la amenaza latente de que la ley de la gravedad no exista en México, por un momento, que permitirá los cambios que vienen, porque Donald Trump tiene la prioridad de renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

Esto ocasionara cambios en la economía y en la clase política mexicana beneficiaras de éste tratado comercial; debemos prepararnos para estos cambios que vienen, porque no pueden estar en contra de la ley de gravedad los que están dañando al pueblo de México, ni se puede negar la dependencia económica y política de México a Estados Unidos. ¿Cuáles serán las concesiones políticas y económicas que otorgara la clase política mexicana, principalmente el Jefe del Poder Ejecutivo? Esta es la cuestión, que provocará cambios.

Es el efecto Trump que está desgastando a México y el desgaste presidencial, por los errores del Jefe del Poder Ejecutivo de México, que no está a la altura de las circunstancias de dignidad. Lo peor vendrá después. México ahora es un experimento político, de aquí la sentencia: “El rey viene ser una cosa que no vale nada” (Shakespeare, Hamlet).

Por ello, la militarización del país sigue su marcha y crece la figura salvadora de la Virgen de Guadalupe. Estar atentos a los cambios que vienen, es el reto del político.

 

Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales,

Universidad Nacional Autónoma de México.

oaristeolopez@gmail.com

Octavio Aristeo López
Octavio Aristeo López
Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Nacional Autónoma de México. Correo electrónico: oaristeolopez@gmail.com

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