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viernes, abril 19, 2024

“Mal tiempo para votar”

“Mal tiempo para votar, se quejó el presidente de la mesa electoral número catorce” (José Saramago, Ensayo sobre la lucidez). Va a ser un día muy largo.

 

El día de la votación en México, éste domingo 7 de junio de 2015, los funcionarios de casilla (presidente, secretario, escrutadores y suplentes) serán aproximadamente 1 millón 251 mil distribuidos en 152 mil casillas en los 300 distritos electorales del país, para recibir y contar el voto se apoyaran en las listas nominales impresas con los nombres de los ciudadanos con derecho a votar, y tendrán que verificar la identidad de cada votante.

El Registro Federal de Electores informo el 19 de abril de 2015 tenía un Listado Nominal de Electores de 83.5 millones de ciudadanos que podrían emitir su voto en las elecciones federales y locales.

Platica el escritor portugués José Saramago en su libro Ensayo sobre la lucidez: “Lloviendo de esta manera será una auténtica proeza si llegamos todos, dijo el presidente mientras pasaba a la sala en la que se realizaría la votación. Saludo primero a los colegas de mea que actuarían de interventores, después a los delegados de partido y a sus respectivos suplentes. Tuvo la precaución de usar con todos las mismas palabras, no dejando transparentar en el rostro o en el tono de voz indicio alguno que delatase sus propias inclinaciones políticas e ideológicas. Un presidente incluso el de un común colegio electoral como éste, deberá guiarse en todas las situaciones por el más estricto sentido de independencia, o, dicho con otras palabras, guardar las apariencias”

Son elecciones intermedias, en las que se elige a la Cámara de Diputados, 9 gobernadores (Baja California Sur, Campeche, Colima, Guerrero, Michoacán, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí y Sonora), 16 congresos locales (Guanajuato, Jalisco, México, Morelos, Tabasco, Yucatán Baja California Sur, Campeche, Colima, Guerrero, Michoacán, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí y Sonora y la Asamblea del Distrito Federal), 887 ayuntamientos y 20 juntas municipales en Campeche.

“La verdad es que, añadió, estamos aquí como náufragos en medios del océano, sin vela y sin brújula, sin mástil ni remo, y sin gasóleo en el depósito” (Ensayo sobre la lucidez).

En la boleta aparecerán representantes de 10 partidos políticos que están desvinculados de la sociedad, además de dos coaliciones: PRI-PVEM y PRD-PT y candidatos independientes.

Por ello, “la urna estaba vacía, pura inmaculada, pero en la sala no se encontraba ni un solo elector…era como si estuviera ante sí un paisaje compuesto de colegios electorales vacíos, de inmaculadas listas censales con presidentes y secretarios a la espera. Delegados de partidos mirándose con desconfianza unos a otros, haciendo las cuentas de quién gana y quién pierde con la situación” (José Saramago, Ensayo sobre la lucidez)

Quién ganará o quien perderá: ¿El gobierno?, ¿Los dirigentes de los partidos políticos?, ¿Los consejeros electorales del Instituto Nacional Electoral que son empleados de los dirigentes de los partidos políticos?, ¿El PRI?, ¿Existirá una mayoría absoluta en la Cámara de Diputados?, ¿La ciudadanía?, ¿Los dirigentes del PRD y Morena?, ¿Perderán su registro (al no alcanzar el 3 por ciento de la votación nacional) y sus empresas los dirigentes de los partidos Movimiento Ciudadano, Partido del Trabajo, PANAL, Encuentro Social y Humanista?, ¿Qué dirigentes de los partidos participarán en la elección presidencial de 2018?, ¿El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación soportará la carga de trabajo para corregir los errores del INE?, ¿Se anulará la elección en algunas entidades del país?, ¿Triunfara el Voto Nulo o el Abstencionismo?, ¿Existirá un Estado de Excepción?

Incluso tienen que comprar como mercancía la figura de una personalidad guatemalteca para promover el voto en México y ocultar los errores cometidos por el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral. Aquí existe mucho dinero para pagar la simulación de una Premio Nobel de la Paz. Es la mercadotecnia electoral y la compra del voto; es el lucro a plenitud que desprestigia personalidades.

“Poquísimos los votos nulos, poquísimas las abstenciones. Todos los otros, más del setenta por ciento de la totalidad, estaban en blanco. El desconcierto y la estupefacción, pero también la burla y el sarcasmo, barrieron al país de una punta a otra…los votos en blanco, que han asestado un golpe brutal a la normalidad democrática en que transcurría nuestra vida personal y colectiva, no cayeron de las nubes ni subieron de las entrañas de la tierra, estuvieron en el bolsillo de ochenta y tres de cada cien electores de esta ciudad, los cuales, con su propia, pero no patriótica mano, los depositaron en las urnas….para que se corrijan de la maldad a que se dejaron arrastrar a saber por quién, bajo pena de convertirse en blanco directo de las sanciones previstas en el ámbito del estado de excepción cuya declaración” (José Saramago, Ensayo sobre la lucidez).

El voto nulo cuenta en una democracia, es la expresión autentica de los demócratas. Los que dicen que el voto nulo es un voto anulado, son los ideólogos de los dirigentes de los partidos que están en pánico y en decadencia porque se les acaba su negocio.

El voto nulo decide vivir en una democracia, no en reciclar la clase política corrupta y asesina en cada proceso electoral. Por supuesto, que el voto nulo tiene impacto en una democracia.

Es el miedo que tienen los dirigentes de los partidos políticos y sus ideólogos que están a su servicio, incluyendo algunos académicos especialistas electorales.

Los ex consejeros electorales del ex Instituto Federal Electoral están conscientes el cómo se recicla la clase política gobernante corrupta y asesina; solo que no informan porque siguen esperando un cargo administrativo de importancia, “un hueso”, a sus ambiciones personales, para seguir siendo agentes recicladores de la clase política gobernante corrupta y asesina, en la cual pertenecen.

Saben, que los dirigentes de los partidos políticos no dejan participar al ciudadano en las estructuras partidistas; de ahí, fortalecen le déficit de ciudadanos para tener una sociedad civil débil y no respetar sus derechos humanos; construyen una sociedad famélica.

Los que están en contra del voto nulo son cómplices de la clase política gobernante corrupta y asesina; si son académicos, deben recordar o dar lectura el bloque histórico de Antonio Gramsci.

Esperemos los resultados electorales, espero no sea “Mal tiempo para votar”.

Octavio Aristeo López
Octavio Aristeo López
Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Nacional Autónoma de México. Correo electrónico: oaristeolopez@gmail.com

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