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sábado, abril 27, 2024

México, tierra de caciques

La tolerancia es un principio de la democracia, para el caciquismo no lo es.

A pesar de la constitución republicana democrática que tenemos, aún existen gobiernos eclesiásticos y militarizados que se consideran hijos de católicos de España holgazana que prostituye la religión en la política, que no comunica solo idolatra y que prefieren revoluciones sangrientas y crean victimas para educar al pueblo en la servidumbre al servicio de los caciques.

En el Jubileo Roma 2000, en el episcopado mexicano practicaron una profesión que ya conocen: el fraude y el robo, apoyando a los caciques; por ello, la visita a México del Jefe de Estado del Vaticano es un negocio, y es parte de la jerarquía que protege a sacerdotes pederastas y pedófilos. Existe el caso de un sacerdote que abusó sexualmente de más de 100 niños y niñas en Oaxaca, además tiene varios hijos regados por doquier.

Así, algunos perredistas integrantes de la clase política gobernante de la Ciudad de México asesina y corrupta, están vinculados o son parte del crimen organizado de pederastas y pedófilos. Venden cuerpos de niñas, niños, adolescentes, para prostituirlos y son dañados para toda la vida, no existe ley que repare los daños ocasionados en ellos y en sus familiares. Crece el número de abuso sexual infantil en una administración mafiosa.

Vemos características virreinales en los gobernantes, uno de ellos, es el surgimiento de los caciques de cuchillo y orca como en Oaxaca se instrumentan alianzas electorales entre el PAN y el PRD, el voto corporativo de la CNTE con Morena, sin importar el voto de los ciudadanos, todo por el poder y el dinero en Zacatecas, Durango y Veracruz; Coahuila que desde antes de 1999 existe poca claridad en la falta de cuentas de ingresos y egresos, es decir, la corrupción ha estado presente en esa entidad desde el siglo pasado.

El PAN y el PRD no tienen cuadros mejores que otros partidos, tenemos el ejemplo en Morelos el gobernador perredista, tienen problemas de gobernabilidad en su entidad, hasta su propio grupo perredista lo traiciona, si en verdad quisieran destituirlo, existen elementos para iniciarle juicio político. Pero México es tierra de caciques.

En el PAN están peor, a su candidato a la gubernatura de Tamaulipas lo acusan de tener nexos con el Cártel del Golfo, ser socio de la familia de Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa; también, existe el caso reciente de la panista diputada local por Sinaloa sus vínculos con el jefe del Cártel de Sinaloa Joaquín Guzmán Loera, sus aspiraciones políticas ser gobernadora de la entidad con apoyo financiero del crimen organizado. Este es el vínculo que une al PAN y al PRD. Las dirigencias nacionales del PAN y del PRD son los responsables de que México sea tierra de caciques, ahora, vinculados con el crimen organizado.

Por ello, el presidente de la Cámara de Diputados, Jesús Zambrano, señaló a la dirigencia nacional del PAN como responsable por la postulación de Lucero Sánchez López, vinculada a Joaquín El Chapo Guzmán, como diputada local en Sinaloa. Incluso, en Aguascalientes le reclaman al líder nacional del Morena que sus candidatos que apoya “salió igual o peor que los priistas o panistas”.

También, en la Secretaría de Relaciones Exteriores tiene una área corrupta, la que realiza los trámites de visa sin cumplir con la normatividad, el dinero es la norma, es la ley. Los puestos público son patrimonio de estos personajes, solo así son dominados y controlados los grupos políticos, es una democracia sui generis la que tenemos y no podemos tener el estilo democrático norteamericano porque estamos determinados por nuestra historia y cultura.

Aun así, la invasión del territorio nacional de México es lenta para convertirla en colonia del gobierno norteamericano, es lo que desean los conservadores, para alcanzar una supuesta civilización, libertades y aprender el modelo de la escuela práctica de la política liberal norteamericana; aceptar un nuevo orden, nuevos usos y costumbres diferentes a las nuestras, aceptar un punto diferentes al de nuestra historia y cultura. Así sucedió la separación de Texas de México en el siglo XIX, para ser exactos, el 2 de febrero de 1848 con la firma del Tratado Guadalupe Hidalgo.

Es un proceso gradual de invasión a México por parte del gobierno norteamericano que no cesa, se viene gestando desde el siglo XIX; que tarde o temprano, tiene la ilusión, de que México se integre completamente al territorio de Estado Unidos de América. Como sucedió con la anexión de Hawai y la colonización de Puerto Rico y de Filipinas.

Poco a poco, lentamente, los habitantes de Estados Unidos se introducen a territorio mexicano adquiriendo tierras, algunas regiones estas sometidas a sus leyes, imponiendo reglas y costumbres, aislando y excluyendo a los mexicanos de estas regiones del país, uno de varios ejemplos son las costas de varias playas. Se negocia la justicia y no imparte a los mexicanos, porque México es tierra de caciques.

Una república, aristócrata semejante a la inglesa o a la española, esta es la cuestión; aquí se recluta a los gobernantes de la clase política asesina y corrupta, reciclada por el Instituto Nacional Electoral en cada proceso electoral, y no del pueblo.

Expropian y se apropian de la soberanía del pueblo para su uso personal. Ya no elijen al ciudadano del pueblo, solo entre la oligarquía aristócrata se eligen, atentando contra la igualdad que debe existir para que los ciudadanos se integren al desarrollo gradual del país; solo unos cuantos privilegiados usufructúan el presupuesto público y las mejoras materiales en la distribución de la riqueza que se refleja en los salario y en el compra básica de sobrevivencia de la mayoría de la población mexicana.

Por supuesto, existe una desigualdad natural que la ley no puede remediar ni abolir, las cualidades de cada ser humano que demuestra en temprana edad su potencial, en el crecimiento en su ignorancia o en su saber, en la servidumbre o en la igualdad y libertad.

La libertad de prensa, es otro elemento de la democracia, para saber si un pueblo es bárbaro o civilizado; existe en México libertad de expresión y gran variedad de periódicos impresos y digitales. Escuelas públicas y privadas. El problema, es el monopolio del pensamiento, las publicaciones de las ideas y opiniones son parte de la servidumbre de sociedades. Esto permite fortalecer el centralismo y no el federalismo, que hace posible la concentración del poder y no su descentralización.

Y, los políticos aprecian los males de la democracia que contamos y se ignora los bienes de la democracia; solo observamos lo malo, a veces, solo por un interés político. Por ello, falta tener las condiciones para estar por encima de las viejas sociedades caciquiles, necesitamos crecer con libertad y desarrollar libremente la democracia que señala nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para satisfacer necesidades y placeres; no solo es el amor al dinero que está en el corazón de los norteamericanos.

Nuestro sistema político está sustentado en una clase política aristocrática oligárquica con privilegios de la España católica, basada en favoritismo, privilegios legales y excepciones ante una sociedad republican y una clase media pobre, en donde, un universitario aspira un sueldo de 5 mil pesos mensuales, sin un futuro prometedor en un México, tierra de caciques.

Octavio Aristeo López
Octavio Aristeo López
Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Nacional Autónoma de México. Correo electrónico: oaristeolopez@gmail.com

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