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miércoles, mayo 14, 2025

“Una temporada en el infierno”

Estamos viviendo los mexicanos una temporada en el infierno, señala el poeta francés Nicolás Arthur Rimbaud (1854-1891): “¿Quién era yo en el siglo anterior?: Solo me reconozco en el presente. No más vagabundos, no más guerras vagas. La raza inferior ha invadido todo, -el pueblo, como le dicen la razón, la nación y la ciencia” (Arthur Rimbaud, Una temporada en el infierno).

Ninguna guerra, ninguna negociación, ninguna reforma interna podrán tener éxito sin ayuda del pueblo y el cumplimiento de la ley. El Jefe del Poder Ejecutivo en México ejerce un poder enorme, es una monarquía constitución llamado presidencialismo como Jefe de la Administración Pública Federal y Comandante de la Fuerzas Armadas.

México está lleno de fosas clandestinas, llenas de cadáveres, en Morelos, Durango, Coahuila, Chihuahua, Tamaulipas, Guerrero, Michoacán, y Veracruz, es el cementerio ilegal más grande del país, entre otros; además, es inhumano cometer crímenes de lesa humanidad con impunidad, como sucedió en Ayotzinapa (Guerrero), Tatlaya (Estado de México), Apatzingán y Tanhuato (Michoacán), Nochixtlán (Oaxaca), los más conocidos.

Dicen los gobernantes, solo nosotros estamos cumpliendo con nuestra función, a veces nos excedemos, matamos a gente inocente y violamos la normatividad, la ley, los derechos humanos, la constitución, todos cometen errores, nosotros también, así es la justicia. Con mayor fuerza se manifiestan las ejecuciones estrajudiciales en crisis política y gubernamental.

La nueva política renovada crea seres humanos que no saben amar, tienen un corazón endurecido, solo conocen y hablan de violencia, de odio y muerte; solo son máquinas selectivas y frías que sirven para matar y destruir; para hacer cumplir la ley; así, argumentan con orgullo solo nosotros tenemos la legalidad y legitimidad de hacer cumplir la ley, para disparar y dañar al cuerpo.

La fuerza bruta siempre se anticipa al derecho, actúa antes de que pueda intervenir la ley; fuerza que viola la ley y después actúa; entonces, primero existe la fuerza y después el derecho, que por medio de las leyes trata de sujetar a la fuerza bruta, a la bestia; por lo que, la fuerza bruta tratara en forma permanente de quitarse los amarres legales a los que está sujeta.

Es un producto despojado de su esencia: hacer política sin política, casarme sin amor. Tomar café sin cafeína, beber cerveza sin alcohol, hacer sexo sin sexo; hablar de democracia sin democracia, ser humano inhumano, educar sin educar, vivir sin vivir, respetar los derechos humanos sin respetarlos; es repetir el pasado como si fuera algo nuevo, pero solo es un pasado renovado en el presente; es la reproducción del pasado con mayor perfección.

Es un diálogo en el purgatorio, la libertad sin derecho es solo idea, es un ideal, que lleva a la revolución, al libertinaje, a una guerra civil o social; para que exista libertad con derecho, es necesario fortalecer los lazos legales, jurídicos para que el gobierno no termine en convulsiones.

Por consiguiente, están en construcción monstruos que nos espantan y espantarán al verlos actuar, que provocan y provocarán pesadillas en nuestros sueños. Con la nueva política renovada ¿Es la resurrección de los muertos? ¿Es la renovada persecución a fantasmas y espectros? ¿Ahora son los escritores e intelectuales sugiriendo y planeando asesinatos reales? ¿Sigue la operación quirúrgica de luchadores sociales?

Los que quebrantan las leyes, vulneran la libertad y la justicia; es una cruda verdad de la política contemporánea pervertida, que corrompe la honestidad, pero no la conciencia social de algunos que se desarrollan en cada cambio, y algunos se aterran ante estos cambios.

Es necesario mantener vivos los recuerdos, muertos no tienen el mismo efecto, el mantener la herida abierta para que no exista consuelo y en cada llamada surge el grito desgarrador con lágrimas, así muchos vivieron y viven del presupuesto público con los movimientos sociales, con sus muertos y heridos, hasta llegaron a ser gobernantes. Estos vividores de la ignorancia y de la pobreza, gritan ¡¡Viva la tragedia y muera el mal gobierno!! Desgarre de vestiduras con una doble moral, es la resurrección de los muertos con cargos públicos.

¿Cómo detener a estas bestias devoradoras de la moral y las virtudes? ¿Cómo sujetar a estas fuerzas brutales y desenfrenadas? Por medio de la ley, que es fuerza reglamentada formalmente.

La mentira siempre flota al burlarse hasta la muerte con lecciones de democracia, es un método fascista, que algunos consideran necesaria cuando se desconoce quiénes son los enemigos y los conquistados. No olvidar, recordar cuando existe impunidad generalizada, de aquí el clamor de la existencia de gobiernos indignos que no cuidan a su población y son odiados. Estos poderes fácticos, sobre todo el empresarial, quiere todo el poder; buscan y apoyan a representantes que defiendan sus intereses y no los de la sociedad, con la publicidad y el marketing políticos los visten de democráticos con medios de comunicación afines.

Pero la realidad demuestra que es más fácil llevar una máscara antifascista que aceptar el fascismo que llevamos dentro; que es un microfascismo endurecido por el tiempo y en todos los tiempos está declarando la guerra a seres mutantes, que buscan fugas sin contradicciones. Estamos entre la verdad y la mentira para deslegitimar un movimiento social; lo imaginario y lo real, del que Hitler se había convertido en maestro y que consistía en decir la verdad sabiendo que no sería tomado en serio. Decir la verdad con la idea de engañar a los que creen que no deberían creerla, es efectivo.

Que explica muy bien George Orwell en su libro “La rebelión de la granja”, en el que señala a los “cerdos que caminan en dos patas”, es decir, aquellos cerdos que intentan caminar como humanos y crean escenarios catastróficos para engañar a la población. Son provocadores.

Solo para demostrar lo anterior rescato una frase de Jorge Mario Bergoglio: “Perdonad si estas palabras son un poco fuertes, pero digo la verdad: la falta de trabajo te lleva a sentirte sin dignidad. ¡Donde no hay trabajo no hay dignidad! Y esta tragedia es la consecuencia de un sistema que idolatra a un dios llamado dinero”. Adorar el becerro de oro desde la época de Moisés, que después Aristóteles le llama crematística.

Termino, cantando en la temporada en el infierno: “Yo seguiré cantando. Tú habrás muerto. Habré yo muerto y seguiré cantando. Como surgidas del sepulcro abierto, mis palabras; en ellas, abrasando, irá este amor, hoy pasajero y blando; y nosotros, ya entonces, ni siquiera huesos ni polvo ni recuerdo, juntos estaremos. Es triste nuestra vida”. (Rubén Bonifaz Nuño, Yo seguiré cantando, tú habrás muerto).

 

Falleció Luis González de Alba escritor y periodista en Guadalajara, Jalisco, México, a los 72 años de edad. Fue miembro del Concejo General de Huelga del movimiento estudiantil de 1968, por tal motivo, estuvo preso dos años, que marcaron su vida. En su libro Los días y los años narra su experiencia como líder estudiantil y en otras lecturas hace una profunda crítica de los mitos creados de los vividores de este movimiento. Mis condolencias para los familiares, descanse en paz.

 

Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales,
Universidad Nacional Autónoma de México.
oaristeolopez@gmail.com

Octavio Aristeo López
Octavio Aristeo López
Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Nacional Autónoma de México. Correo electrónico: oaristeolopez@gmail.com

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