- Publicidad -
viernes, marzo 29, 2024

Avándaro 1971. El antes y el después

El 11 de septiembre de 1971, marca un hito en el tema del movimiento rockero en México. Es el antes y después. El nacimiento del verdadero movimiento rockanrolero mexicano, que más tarde, en los ochentas, se ralentizó por la confusión que crearon grupos de corte pop, que se decían rockeros, y que en mi opinión, desvirtuaron en gran medida la corriente que surgió en Avándaro.

No tuve la oportunidad de asistir a Avándaro, por ser en ese momento muy menor de edad, pero siempre tuve la inquietud de haber querido estar presente en ese magno evento.

El festival de “Rock y Ruedas”, que así se llamó, propuesto al gobierno del Estado de México por un grupo de “niños bien”, apoyados por la televisora más importante, fueron los organizadores que acabaron muy desorganizados, ya que el festival se tornó en el evento masivo más concurrido en la historia de la música en México, hasta ese momento;  además congregó a los estratos sociales más diversos de nuestro País.

Los “niños bien” encabezados por Luis de Llano, jamás pensaron que la llegada de una carrera de automóviles, pudiera concentrar más de doscientas mil personas en un terreno abierto en Vale de Bravo, Estado de México. La actitud prepotente de De Llano y socios, logró que varios grupos que ya venían consolidándose desde finales de los 60´s, rechazaran la invitación a participar, dadas las condiciones precarias, tanto económicas como de trabajo, que les ofrecían los organizadores.

A pesar de que se ha querido encasillar este evento en el tema de un movimiento social, consecuencia de dos movimientos estudiantiles (Tlatelolco 1968 y El Halconazo 1971), que culminaron en hechos violentos en el País, provocados generados por los gobiernos en turno (Díaz Ordaz y Echeverría), siempre he pensado que el Concierto en Avándaro respondió a otro tipo de motivación. Existe un cierto hartazgo de la juventud manifestado en las expresiones emanadas de ese evento, pero achacarlo como movimiento en contra del gobierno, nos muestra la incredulidad de la gente y la voracidad de los medios para denigrar cualquier manifestación contracultural proveniente de los jóvenes, ya harto estigmatizados. 

Los jóvenes fueron a escuchar música. Ni siquiera a ver el final de la carrera. La música los hermanó. Y sí hubo drogas de todo tipo, no me cabe la menor duda de ello. Pero era una manera muy sutil de expresar su rechazo a la música que estaba encasillada en estilos totalmente caducos. Y aunque la mayoría de los grupos mexicanos cantaron en inglés, estaban rechazando TOTALMENTE el estilo que se dedicaba a estar a la caza de los éxitos en otros países, para hacer versiones ridículas en español. 

Avándaro abrió las puertas para que a partir de ese momento, los grupos mexicanos fueron satanizados por la sociedad, y sobre todo, por la prensa radical que logró que esos grupos se marginaran junto con la gente que los escuchaba. La mayoría de esos grupos mantuvieron sus nombre en inglés (Peace and Love, Love Army, Three Souls in My Mind, etc), y algunos se han mantenido hasta la fecha, como es el caso de El Tri.

11 de Septiembre. Un gran día para el movimiento rockanrolero mexicano. 

Con respecto a la afirmación que hago en el primer párrafo, en relación a que en los 80´s se degradó de una forma muy comercial, aquella inquietud que surgió de Avándaro, puede consultar un artículo en el que podrá constatar mi punto de vista a ese tema en la siguiente liga.

Luis Humberto Carlín Vargas
Luis Humberto Carlín Vargas
Arqueólogo egresado de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH). Coordinador General del Proyecto Cultural León Prehispánico (PCPAC). Coordinador Académico de los Diplomados de Arqueología e Historia de México (DAeHM). Ingeniero en Sistemas. Músico. Correo electrónico: luishumberto.carlin@pcleonprehispanico.com

ÚLTIMAS NOTICIAS

ÚLTIMAS NOTICIAS

LO MÁS LEÍDO