La población a nivel mundial presenta alta prevalencia de sobrepeso y obesidad, además de otras enfermedades metabólicas asociadas. Debido a la magnitud del problema, se han estudiado diversos modelos de alimentación para tratar y erradicar esta epidemia. En los últimos años se han realizado estudios científicos sobre un modelo de alimentación que sustenta sus bases en hábitos prehistóricos, el famoso ayuno.
¿De qué se trata? NO ES UNA DIETA, es un modelo nutricional en donde se aplaza de forma voluntaria la ingesta de alimentos, estableciendo ciclos de ayuno y ventanas de alimentación. Se han propuesto varios regímenes: ayuno intermitente (comer un día y ayunar al siguiente) o alimentación restringida por tiempo (consumir todos los requerimientos energéticos en una ventana de 8-12 horas y no comer nada las siguientes 16-12 horas) Es importante mencionar, que durante las ventanas de alimentación, se debe llevar una dieta equilibrada y saludable para no originar una sobrealimentación, además de aportar una dieta variada para un correcto funcionamiento del organismo.
Actualmente se cuenta con evidencia científica que avala su uso, debido a la mejora en la salud de los pacientes que llevan a cabo este modelo, puesto que se postula como una herramienta para la prevención y tratamiento de enfermedades metabólicas y algunos tipos de cáncer, esto para tratar casos donde el manejo nutricional convencional no sea suficiente.
¿Cualquier persona puede hacer ayuno? Es importante mencionar que este modelo no es adecuada para cualquier tipo de individuo; pacientes sin enfermedades metabólicas, pacientes con una mala relación con los alimentos, que padecen o padecieron algún trastorno de la alimentación, mujeres embarazadas o en lactancia y menores de edad, no son candidatos a este modelo.
Existe evidencia científica que respalda que el ayuno intermitente muestra un efecto beneficioso en relación con obesidad, diabetes, ciertos tipos de cáncer, dislipidemias y síndrome metabólico.
Para los pacientes con obesidad, se ha observado que el ayuno intermitente (24 horas continuas) no demostró ser mejor para la pérdida de peso que la restricción caloría, por otro lado, el ayuno de 16/8 ha logrado un beneficio a través de la oxidación de grasas, ya que influye en regular el metabolismo a través de ciclos circadianos y microbiota intestinal. Además ayuda a la reducción neta del consumo de energía que induce un balance energético negativo.
Siguiendo este modelo, se puede lograr una pérdida de peso significativa en personas con obesidad, esto conlleva una disminución de los depósitos de grasa del organismo al aumentar la captación de glucosa y regular los niveles en plasma, por ello, para los pacientes con diabetes mellitus tipo 1 y 2, se ha descubierto que se puede lograr un correcto control glucémico debido a la reducción de glucemia basal, incremento en la sensibilidad de la insulina e incremento en la función de las células B pancreáticas, pero se necesitan más estudios antes de concluir si se recomienda en personas con diabetes mellitus debido a que la literatura actual al respecto, es escasa.
Para los pacientes con cáncer, muchos autores manifiestan que la restricción calórica con reducción de la ingesta de alimentos tiene un efecto protector contra estrés oxidativo y envejecimiento. No se han observado efectos negativos debido a la aplicación del ayuno en cuanto a la pérdida de peso persistente, eso sí, se debe tomar en cuenta el tipo de cáncer que se trate, condiciones del paciente y el apoyo que recibe por parte de su entorno, así como el tratamiento al que está sometido.
Para los pacientes con síndrome metabólico, se ha demostrado que puede servir como un tratamiento novedoso, ya que se presenta una disminución significativa en la presión arterial sistólica y diastólica, colesterol total, colesterol LDL y reducción del estrés oxidativo.
¿Qué podemos concluir? Este modelo puede traer beneficios para pacientes con obesidad o enfermedades metabólicas, sin embargo se requiere un monitoreo por parte de un profesional. No hay muchos estudios que sigan este modelo a largo plazo, por lo que se recomienda que al lograr una mejoría en el paciente, se aconseje regresar a un estilo de alimentación más sostenible a largo plazo. Recuerda que no se trata de comer menos, se trata de comer lo necesario en un tiempo reducido. Acude con tu nutriólogo para que pueda evaluar tu estado nutricio y pueda orientarte a tomar una mejor decisión para cumplir tus metas.
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MNC. Daniela Velasco Cantú
Egresada de la universidad Iberoamericana León. Licenciada en nutrición y ciencia de los alimentos con maestría en nutrición clínica. Miembro activo del Colegio de Nutriólogos de León. ¡Sígueme en Instagram!: howmuch.mx
