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martes, abril 23, 2024

Banderías

Nuestro país está continuamente dividiéndose.

Hay personas que quieren conseguir sus fines importándoles un comino los demás. Existen, desde luego, facciones y partidos políticos, parcialidades que pujan por obtener clientelas, lo que antes eran adherentes o hasta militantes. Pero los más violentos son los que incursionan en el pillaje, los que pelean territorios a sus enemigos a sangre y fuego, como Guanajuato puede verificar.

Cada quien con su cada cual levantando su bandera o destruyendo las ajenas. Todos contra todos.

A las enormes brechas de injusticia histórica (la pobreza y la opresión) se añaden las nuevas: consumismo devorador, industrialización alimenticia, ansia por el éxito y, sobre todo, desprecio por el planeta.

Cuando alguien levanta cara oponiéndose a eso, de inmediato se le descalifica, se le ridiculiza, se le ningunea y se le oculta para que no figure más. Las redes sociales están llenas de esos ejercicios: son incubadoras de odios.

En la política, cualquiera dice ser de tal o cual bando, sin el menor recato, sin ningún sostén fáctico: todo es rollo repetitivo y simplón. Las viejas ideologías, esas muletas para sostenerse en la vida, han sido suplidas por prótesis intercambiables que se acomodan según sea el caso.

Por tanto, cuando uno se pregunta si hubiera un rumbo definido para México y voltea un poco a ver el herradero en que nos hemos convertido, nada hay optimista para el porvenir. Lo dicho, todos contra todos.

Arturo Miranda Montero
Arturo Miranda Montero
Profesor y gestor asiduo de la política como celebración de la vida juntos.

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