Contextualizada en la década de los 40’s o 50’s del Siglo XX, esta extraordinaria obra, nos muestra un microcosmos que ejemplifica a una sociedad que va dejando ver sus fallas, y en la que aparecen al menos 21 personajes, que representan perfectamente a esa sociedad que vería el fin de la Segunda Mundial, y el primer gobierno de “Licenciados” tecnócratas, que después de la pléyade de Generales que gobernaron el país 46 años, se postraron durante varias décadas más, y es justo en esa década del “milagro mexicano”, que la pobreza se hace notar muchísimo más.
Y así ve a este grupo de personas, el gran dramaturgo Luis G. Basurto, quien escribió la obra en tres actos; es la que más éxito logró a lo largo de su carrera en que escribió una infinidad de obras, que fueron llevadas al teatro y al cine. Dejo aquí una liga para que consulte su trayectoria.
Uno de los personajes principales, una prostituta de edad avanzada, es la que repite constantemente la frase “cada quien su vida”, y a lo largo de la obra varios personajes la repiten.
Todo sucede un par de horas antes de la celebración de año nuevo. ¿El año? No importa, parece estar escrita para cualquier Noche Vieja. En el bar en que sucede todo, aparece “el Gachupín”, un español dueño del bar. Aparecen también, el hijo del patrón y la novia de este, que son empleados de aquel. No puede faltar “el Padrote” que da clara muestra de su escondido gusto por un homosexual del cual se hace acompañar, además de maltratar a la “novia” a la novia que regenteaba.
Varias de las prostitutas que aparecen, llevan motes muy ad-hoc, como: la “Tacón dorado”, “la Pepsi-Cola”, “La Jarocha”. Pero tampoco faltan, entre los personajes, “el Diputado” que ostenta el poder a través de su arma de fuego que se dedica a mostrar en todo momento, al igual que su impunidad. Se hace acompañar de un amigo, de esos que no les faltan a los diputados, y que son aduladores y sanguijuelas.
Un par de tipos que aparecen planeando una fechoría. Uno de estos tipos está enamorado de una de las prostitutas, y en el final hay un desenlace que no debe perderse con respecto a la dama y al “maloso”.
Aparece un personaje que es “el Profesor”, quien se da una noche libre junto a una de las “muchachas”, Dorita, que lo cuida hasta casi el amanecer, para que a fin de cuentas llegue la abnegada esposa por el borrachín “profe”, justo cuando ya está amaneciendo.
La muerte del pianista del bar, provoca un malestar general, dado que era un personaje muy conocido entre los asistentes al bar.
Un policía se aparece para minimizar uno de los conflictos que se suscita y es sobornado por “el Diputado”, que acaba confesando que ni es diputado. Además señala al guardián del orden como corrupto, y le culpa de saber previamente todo lo que ahí sucede (venta de droga y otras sustancias prohibidas), pero que se hace de la vista gorda por la “mordida” que recibe.
Y entre llantos, risas, discusiones y peleas, transcurren varias horas y sucesos que cambiarán la vida y la forma de pensar de varios de los asistentes.
En fin, todo un pequeño mundo que plasmó perfectamente el autor, y que puede ser vigente en cualquier fiesta de fin de año, en donde quiera que ésta se lleve a cabo (hogar, oficina, cantina, bar, antro, etc.), y sobre todo, en cualquier “status” social. Las envidias, las virtudes, los vicios, las traiciones, las “malas vibras”, etc., etc., etc., nunca faltan en estos escenarios.
Le sugiero esta lectura que tiene su carga de humor, como solían ser las obras de Luis. G. Basurto. No se la pierda. Hay ediciones a precios muy económicos. Estoy seguro que en dos noches la puede terminar. Es una extraordinaria sugerencia. No tenga duda.
La próxima semana la recomendación será: “Noticias del Imperio”, obra del extraordinario escritor Fernando del Paso, quien, a nombre de Carlota, la esposa de Maximiliano de Habsburgo, va relatando cómo se concretó una efímera aventura en México, con un cargo que no le correspondía a su esposo, y mucho menos a ella.
Estimado lector(a), espero su comentario al correo que viene al final del artículo. Después que tenga oportunidad de leer esta pequeña crónica, o mejor, si lee la obra, le solicito me haga favor de honrarme con su opinión, y de esa forma podamos compartir las sensaciones que le provocó esta recomendación.
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