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viernes, abril 19, 2024

Administraciones ignorantes

Los que se meten a la política se hacen elegir para cargos que luego no saben resolver.

Las administraciones públicas no pasan por su mejor momento. Un gobierno tras otro se suceden y las cosas de todos no mejoran y hasta empeoran más.

A pie tierra, en los municipios, los que llegan hacen como que hacen: una obra aquí, otra allá, pero eso sí, hartísimas fotos luciendo dientes. La basura, la seguridad, el alumbrado, las movilidades se les atoran como huesos a perro viejo.

Cuando el sistema político tenía al señor gobernador como factor, todos le rendían. Cuando el dinero federal se hizo participaciones, la comodidad de verlo “bajado” les daba para lucimientos y trácalas. Pero cuando el austericidio ahorca, solo quejumbres y malos modos.

Los aparatos burocráticos tienen inercias que los hacen funcionar; el problema se presenta cuando llegan los de ocasión queriendo cambiar todo. Desde finales del siglo pasado, la emprendeduría se nos ha puesto como lo más trinchón. Los gobernantes y no pocos académicos quisieron ver a la administración pública como una oportunidad de los modos privados, haciendo una melcocha entre naturalezas distintas. Así surgieron las empresas de consultorías provistas del know how como mercancía que aún se vende para todo propósito: estudios de vialidades, proyectos de teleféricos, desarrollos urbanos y lo que sea. Los que se hacen del poder no saben resolver nada y por eso contratan a empresas amigables que se prestan a toda clase de contratos. No importa si es aquí o allá, el chiste es encargarles lo que va a dar. Así ninguna administración retiene a sus profesionales; hay que buscar siempre a los que se contratan y se van. Y como está de moda decir que no tiene ciencia gobernar, pues…

Arturo Miranda Montero
Arturo Miranda Montero
Profesor y gestor asiduo de la política como celebración de la vida juntos.

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