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jueves, marzo 28, 2024

Barco sin timón

Al pobre Diego Sinhué lo embarcaron solo con su trajecito azul marino. El panismo acomodado lo puso al frente de un territorio del que han usufructuado hasta la saciedad por décadas. Y han creído que pueden poner al que sea, dado su confort.

Pero le dejaron la manzana envenenada. Y aunque él formó parte del cuento, el lobo feroz le ha comido el mandado. Un funcionariado heredado, la sangre inocente, los policías asesinados, el crimen organizado, los pillos metidos a políticos, la corrosión institucional y, para colmo, un presidencialismo asfixiante que repudia al panismo como al demonio y que se lo huachicoleó creándole una división no vista.

Ni capitán ni pirata, imposibilitado para otear la navegación en medio de tormentas, no atina a decir las cosas por su nombre, no está acostumbrado a entender la realidad, solo puede repetir la ensoñación de una grandeza alucinada por la mercadotecnia y la propaganda.

Por tanto, cuando anunció en campaña que daría un golpe de timón, debimos suponer que se sacudiría los lastres y los pesos muertos; pero no, nada sucedió: aplicó la receta de siempre, la de usar al congreso a modo para darle gusto a intereses que le rebasan.

Cuando le llegó la lumbre a los aparejos, blandió una consigna publicitaria y llamó “Operación golpe de timón” a la incursión de fuerzas federales en un sitio donde hace años se sabía del robo de combustibles y otros delitos. Imágenes espectaculares y declaraciones también; pero al cabo, nada, detenidos liberados, cateos impugnados por los habitantes y respuestas sanguinarias sin medida. Total, el caos.

En definitiva, no hay ninguna estrategia, ni de seguridad ni comunicacional: no sabe a dónde va ni sabe qué decir.

Arturo Miranda Montero
Arturo Miranda Montero
Profesor y gestor asiduo de la política como celebración de la vida juntos.

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