Esos afanes propagandísticos en los que andan políticos de toda laya anuncian el proceso electoral ya iniciado.
Los que quieren ser algo andan más que movidos dentro de sus partidos, o afuera, creyéndose atractivos para los probables patrocinadores de su candidatura.
Es obvio que todo mexicano tiene derecho a elegir y ser elegido, todavía. Pero los que deciden se preguntan, ¿para qué me va a servir tal o cual?. Esa misma pregunta debiéramos hacernos los que simplemente tenemos voto y vamos un día a la urna.
A los que impulsan a Fulano o Zutano les queda muy clara su intención: intereses tasados en privilegios. A nosotros, a los simples votantes, nomás la esperanza de que cumplan algo de lo que nos atosiga. A ver: ¿cuántos de los que quieren están dispuestos a enfrentar al crimen?. Muchos candidatos, funcionarios y policías han sido asesinados. ¿De verdad no van a caer en las garras de quienes controlan el territorio? O, de plano, ¿juegan ya en su cancha? Guanajuato no puede seguir en la escalada criminal que agrede vidas y economías. ¿Van a seguir la política de no ver, no oír y no hablar de la inseguridad?
Al parejo, ¿qué demonios pretenden con la economía más deprimida e injusta?. ¿Dorar la píldora con números que dizque significan empleos pero que no son más que patrañas?
Los municipios ya no pueden seguir en el caos y con ayuntamientos inútiles para los ciudadanos, pero atascados en los negocios del suelo para ellos.
Los que quieren ser diputados, ¿quieren equilibrar a los ejecutivos federal y estatal? o ¿nomás sumarles levantadedos para que los señores no se molesten?