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jueves, marzo 28, 2024

Casino México

México ha sido sacado del trabajo útil para consumir y derrochar. Una malhadada combinación entre la Gran Ciencia (como le denominó a la política mexicana Emilio Rabasa en el siglo XIX) y el dejar hacer, dejar pasar del capitalismo chafa ha hecho de la cornucopia nacional fuente de la abundancia inútil de la criminalidad, con su doble función social de improductora y de sobreconsumidora.

A la manera de Paul Lafargue, en México las profesiones ideológicas, como los gobernantes, la policía, el clero, la magistratura, el ejército, los sabios, los artistas; y, tras éstos, la gente ocupada exclusivamente en comerse el trabajo de los demás, bajo forma de alquileres, intereses, dividendos; además de los pobres, los vagabundos y, por supuesto, los criminales, constituyen ya la masa de hombres que se ha condenado, a su vez, a la improductividad y al sobreconsumo.

Y de ese fenómeno, ¿qué cosas son más improductivas para el país que drograr, extorsionar, secuestrar y demás linduras que han crecido a ojos vistas? Porque esa “industria” no es espontánea, ha sido prohijada por décadas, gobierne quien gobierne la impunidad.

“El gran problema de la producción capitalista no es ya el de encontrar productores y de duplicar sus fuerzas, sino de descubrir consumidores, excitar sus apetitos y crearles necesidades ficticias”, para lo que se pintan solos los grandes medios masivos de comunicación, lo mismo que los gobernantes que venden tráfico de influencias y la criminalidad sobreenriquecida.

Por eso no importamos los ciudadanos, urgen los consumidores. Por eso nomás discursos, mientras el negocio sigue.

Arturo Miranda Montero
Arturo Miranda Montero
Profesor y gestor asiduo de la política como celebración de la vida juntos.

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