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lunes, abril 21, 2025

Colaterales

Estos tiempos mexicanos, todos tenemos daños colaterales, esos que nos rebotan aunque no estemos metidos en ningún ajo.

Hace ya mucho que los consumidores de drogas tienen a los suyos mortificados por sus adicciones. Familias cercanas y extendidas, amigos y vecinos, a cual más, sufren alguna consecuencia. Y ese consumo no para, crece exponencialmente.

Las “empresas” beneficiarias del consumo adictivo también dañan más allá de sus mercancías. Se cobran violentamente y atosigan a sus rivales, a sus distribuidores, a sus clientes, a los agentes oficiales, a políticos y funcionarios. La ganancia es la reina, cueste lo que cueste.

La violencia es el comportamiento más utilizado para dañar. Se ataca no solo al objetivo puntual sino que retumba por todos lados. Incendios premeditados, balaceras y enfrentamientos son lo más escandaloso, los fogonazos; pero cuando se van, pareciera que todo se calma, y no. Las destrucciones de bienes y las heridos a las personas, la impunidad para hacer cuanto se requiera, la palabrería hecha machote por el funcionariado, todo eso ambienta un enrarecido paisaje. Y allí hay que sobrevivir. La pandemia de la covid también es muestra de daños infligidos inmisericordemente por el desastre del sistema de salud: los más pobres vieron cómo sus vidas se asfixiaron hasta sumar casi medio millón de mexicanos. Y, al fin, la economía, la educación y el desempleo con su ausencia de ingreso vital, tiene a millones de seres humanos en este país viendo cómo se concentra la riqueza (mal habida o no) en unos cuantos que ni miran hacia abajo, ni hacia los lados, allí donde estamos todos los demás, los colaterales.

Arturo Miranda Montero
Arturo Miranda Montero
Profesor y gestor asiduo de la política como celebración de la vida juntos.

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