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viernes, abril 19, 2024

Con su pan

Veinte años se ha prolongado nuestro sistema político guanajuatense, y el origen viene del priismo; así sumados, son casi el siglo sin democracia: sólo tenemos permanencia y continuidad de un partido hegemónico, de uno u otro color.

Los usufructuarios del poder aseguran que “cuando el PAN llegó al poder en Guanajuato, el estado estaba abatido, por los gobiernos corruptos del PRI”. Efectivamente. Lo que correspondía era hacer una transformación democrática. Pero no lo podían hacer quienes no provenían del libre juego de la democracia: su pecado original es el presidencialismo autoritario priista.

Su profesión de fe en sí mismos les hace creer que “tenemos 20 años de ciudadanizar el gobierno, de gobiernos humanistas, de respeto a la autonomía municipal, de respeto a la separación de poderes (y que) hoy Guanajuato es otro gracias a los gobiernos panistas”. Ensimismados, no ven que esa es una imagen y semejanza del priismo al que simplemente suplieron. Puede que “el PAN no nació del gobierno sino de la sociedad”, pero su arribo al poder aquí sí  nació pecaminoso.

Ya es lugar común escucharles el acto de contrición: “regresar a los principios del partido”. Mejor sería escucharles, en tono político, un acto penitencial que confiese ante Dios
 y ante sus hermanos,
 que han pecado mucho
 desde el original hasta los de pensamiento, palabra, obra y omisión:
 por su culpa, por su culpa, por su gran culpa, sobre todo porque sólo ven por sí y para sí mismos, mientras la pluralidad se ha secularizado reclamando democracia real.

Arturo Miranda Montero
Arturo Miranda Montero
Profesor y gestor asiduo de la política como celebración de la vida juntos.

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