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jueves, marzo 28, 2024

El año del engaño

Un viejo fantasma recorre el mundo: el nacionalpopulismo.

Su exigencia es que la patria es primero porque el pueblo es sabio, no miente y no traiciona. Y como en toda realidad, el sesgo ideológico nos ha demostrado que, efectivamente, existen mentiras, artimañas y estadísticas.

Ya es común que se nos arrojen a la cara los millones que eligieron a unos, olvidándose, convenientemente, que son solo una parte del todo. Estadísticas para burlarse de los otros.

Por todos los territorios del globo se van cerrando los caminos de la verdad. Ésta no peca, pero incomoda a cuanto político se ofrece para trampearnos la realidad y para autoengañarnos enredándonos en las redes. Fijémonos cómo en el año electoral nos trataron en las campañas municipales los que las ganaron, lo que dijeron, ofrecieron y provocaron; comparemos eso con lo que ya están diciendo, haciendo y provocando con el poder. Hagamos cuanto ejercicio se nos ocurra para contrastar las palabras dichas por todo tipo de candidato, al que finalmente otorgamos nuestro voto, y veamos qué están entendiendo de sus dichos. No cuadran los antes con los ahora.

Es cierto que otorgamos beneficios de la duda porque acostumbrados estamos a ilusionarnos, a esperar que los reyes magos nos traigan todo lo que les pedimos. La verdad es que al tiempo nos daremos cuenta de quiénes son esos magos con sus trucos y engañifas para tenernos en ascuas.

A nuestra democracia adolescente le han brotado el acné, el malhumor y la fodonguéz. Estamos en la edad de la punzada y sin brújula porque elevamos a una nueva élite francamente engañabobos.

 

Arturo Miranda Montero
Arturo Miranda Montero
Profesor y gestor asiduo de la política como celebración de la vida juntos.

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