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jueves, marzo 28, 2024

El bozal

Nuestros gobiernos no quieren a los preguntones porque les incomoda tener que dar explicaciones.

Como el poder es un bien escaso, los que se hacen de él lo privatizan aduciendo una y mil cosas.

El discurso de transparencia está en todas las bocas oficiales, pero sus vitrinas tienen cortinas. La libertad de información contiene todas las trabas posibles, empezando con la descalificación de quien la pide. Y la libertad de expresión de ideas es válida siempre y cuando no afecte al poder. Esas y otras cualidades democráticas hasta se las adjudican los poderosos y, por tanto, son ellos los que las obsequian.

Por eso el Congreso de Guanajuato exige a un medio –zonafranca- que le diga quién le “filtró” algo que ellos consideran no debían tener. ¡Tratándose de un sujeto obligado por ley a máxima publicidad!

Por eso en los municipios existen partidas generosas para personas que negocian noticias útiles a los politiquillos: son taquígrafos a su servicio, nunca periodistas.

Por eso el gobierno estatal prefiere gastar en merchandise&;publicity y así maquillarse y evitarse malas caras.

Por eso el preciso exige que los desmañanados se comporten y se conformen con lo que él les dice, que es Palabra del Señor.

Ese es el sistema político mexicano de cabo a rabo: el poder no se comparte.

Por eso el bozal del poderoso se le coloca a los animales que muerden de la nómina, no a los que son naturaleza viva y por tanto preguntan.

Arturo Miranda Montero
Arturo Miranda Montero
Profesor y gestor asiduo de la política como celebración de la vida juntos.

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