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jueves, marzo 28, 2024

El destino

Toda idea política divide a la sociedad cuando intenta realizar cambios y todo cambio tiene tanto víctimas como beneficiarios; por ello, Nicolás Maquiavelo (1469-1527) señala en sus lecturas de política empírica: “Porque todo renovador tiene como enemigo a todos aquellos beneficiados por el antiguo régimen y sólo tibios defensores entre los que esperan beneficios del nuevo” régimen.

Entonces, son más fuertes los enemigos del viejo régimen que los defensores del nuevo régimen, y todo cambio genera ganadores y perdedores. Casi siempre es así, señalan los especialistas, pues en política predominan los juegos de suma cero, razón por la cual toda idea tendrá defensores y adversarios.

Este es el problema si se rodea de señoras y señores de las “ligas”, que es frecuente en algunos gobernantes que lo rodean, no funciona empujar el “elefante reumático”. Por lo mismo, el combate a la corrupción es sumamente duro porque están en juego dinero y poder; no bastan las palabras que se dicen en las “ruedas de prensa mañaneras”, que es obligatorio escuchar por los “secretarios y subsecretarios”, es necesario la acción de castigar a los corruptos que no observamos.

Si se quiere explicar el proceso de cambio de un gobierno, es fundamental examinar las ideas de quienes lo conforman y sus conductas, si se quiere entender el cambio “es importante la denuncia pública” porque en cada proceso decisorio una serie de personas actúan una tras otra, para solucionar un problema común pueden terminar remediando un problema distinto del que se pretendía: “servir al pueblo”.

Por consiguiente, Maquiavelo señala “por eso ocurre que todos los profetas armados triunfaron y los desarmados sucumbieron. A todo lo dicho se agrega la veleidad de la masa; es fácil convencerla de una cosa, pero difícil mantenerla alineada”.

“Esto significa que toda idea política, por buena que sea, sólo puede imponerse luchando contra el adversario. Imponer una idea poco tiene que ver con la razón y el entendimiento; solo tiene que ver con el poder y con la influencia”. Es importante la moral si va acompañada de la fuerza de la ley.

En suma, la política es un conjunto de las razones para obedecer y un conjunto de razones para sublevarse, de aquí ¿Cuál camino escoger cuando no se castiga a los corruptos que dañaron al país?, si se busca una sociedad sin conflictos, es imposible; por ello, somos capaces de vivir de acuerdos, el choque de intereses es algo inseparable de la vida en sociedad.

Para imponer una idea política y la ley es necesaria la fuerza porque no basta la razón y el

entendimiento; en caso contrario se cae en la anarquía, en la ingobernabilidad, es decir, cada quien hace lo que le da la gana, porque no hay castigo, existe libertad y solo cuenta la cooperación y la solidaridad.

Luego, está la amenaza de que los conflictos entre los individuos acaben en violencia incontrolable como estamos observando, ni el más fuerte puede estar seguro porque algún día tiene que dormir y el enemigo aparentemente débil es capaz de acercarse sigilosamente durante el sueño y hacerte daño sin problemas.

Por lo mismo, el escritor francés Etienne de La Boétie (1530-1563), inspirado en la libertad de la Grecia clásica, escribe sobre la tiranía, ¿porque los muchos obedecen a uno, si son muchos?, ¿porque aceptan que solo o un grupo de individuos los manden?, ¿los muchos son más fuertes físicamente?, ¿Por qué a un individuo se le respeta y obedece si es un sanguinario con su pueblo o es un incompetente gobernando?, ¿Por qué se sigue buscando a un gobernante para mandar?

A ningún hombre le gusta obedecer a otro hombre común y corriente, por esta razón, busca que el que manda sea más hombre para obedecerle y no sentirse humillado, de ahí que suele endiosarse a los gobernantes rodeándoseles de admiración y privilegios; pero, cuando decepcionan son tratados con saña, en consecuencia, no se les toleran debilidades, y con sus características excepcionales deben respetar la ley y castigar, en caso contrario, su destino como gobernante no dura por mucho tiempo.

Es cierto, que los fraudes electorales, la corrupción, la represión, el descontento social, la masacre de estudiantes, el asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta, las recurrentes crisis económicas, las nuevas políticas neoliberales y el agotamiento del modelo económico fueron algunas causas que permitieron la llegada de Andrés Manuel López Obrador como presidente de la República.

Es decir, sin los llamados gobiernos “neoliberales” no hubiera llegado al poder ni el asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta. El trigésimo séptimo presidente de los Estados Unidos (1969-1974), único presidente en dimitir del cargo tras escándalos, Richard Milhous Nixon (1913-1994), comentó: “Los pasos de los grandes líderes son como truenos que hacen retumbar la historia… Si el papel de estos líderes resulta interesante, no es solo por su dramatismo, sino también por su importancia y su influencia en los acontecimientos…”

“El hombre sin peso que dirige una gran nación en un periodo de crisis no llena los requisitos de la grandeza. El hombre de peso que dirige una pequeña nación puede mostrar todas las cualidades de la grandeza, pero nunca consigue que se las reconozcan universalmente. Otros, aunque sean hombres de peso en grandes países, viven a la sombra de gigantes”.

Más, si el gobierno sólo es “facilitador” para saquear al país, que “atender a la gente”; “no es asunto fácil de lograr” si es un “elefante reumático”. Por lo mismo, señala el escritor político mexicano, Emilio Rabasa (1856-1930), cuando se convierte emperador Agustín de Iturbide en México: “El hombre era desproporcionadamente pequeño por la magna obra a que parecían llamarle sus destinos”.

Octavio Aristeo López
Octavio Aristeo López
Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Nacional Autónoma de México. Correo electrónico: oaristeolopez@gmail.com

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