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viernes, abril 26, 2024

Fábula del PRI

 

El dinosaurio secular creció disfrazándose de ogro filantrópico: les daba a todos una frutilla de la cornucopia nacional. Sin embargo, la mayor parte la devoraba él con gula pecaminosa.

Un día del milenio que despertaba, apareció un zorro ladino que fingió arrebatarle el cuerno de la abundancia, ayudado por los útiles que nunca sobran. Gran celebración creyéndose los nuevos dueños del territorio. Y así se fueron doce años. Pero el saurio ahí rondaba herido, no se había extinguido; y al despertar todos, en medio de miles de muertos, reapareció reclamando su tesoro.

Va por los caminos y pliegues cornuallescos dotado de una vara mágica que le prestó su hada madrina, Televisa, para hacer surgir imágenes encantadoras que ilusionan a hombres y mujeres por igual; presume un nuevo rostro encopetado y lanza filípicas contra los que derrocharon las flores y los frutos de la prosperidad; hasta el lujo de alucinar el paraíso de una “república democrática” acaba de ofertar a los embelesados.

Pero su cara oscura, su larga cola que se pisa a sí mismo y sus cortesanos de siempre también allí están, babeando ante el botín, saboreando los olores del fruto tan anhelado. Lástima por el país en forma de cuerno llamado México: no ha aprendido la única fórmula de vida nueva, democratizarse.

Arturo Miranda Montero
Arturo Miranda Montero
Profesor y gestor asiduo de la política como celebración de la vida juntos.

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