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sábado, abril 20, 2024

Guanajuato y los aranceles

La trumpada zangoloteó a la política y a la economía mexicanas.

De los “acuerdos” ya nos enteraremos cuando los gringos supervisen su cumplimiento, cualesquiera que hayan sido.

En la economía todo mundo tembló porque al decrecimiento, a las calificaciones negativizándose, a la contracción presupuestal gubernamental y a los treinta años de tope salarial, se le anunciaron aranceles crecientes a las mercancías llevadas al imperio desde acá.

Regiones como la guanajuatense, sometidas a la inversión extranjera y al uso de las remesas, sufrirían lo indecible porque vivimos pegados a la potencia del norte.

Los 118 mil 721 empleadores de Guanajuato se las verían negras con el aumento tarifario, reduciéndose sus utilidades. Pero quienes más lo padecen de tiempo lejano, son sus trabajadores asalariados (1 millón ochocientos veintiocho mil 771). Esos hombres y mujeres que trabajan por un salario debajo de la media nacional tienen la responsabilidad de mantener a un altísimo porcentaje de la población desocupada.

Nada más cruel hay que despedir gente de su trabajo o empleo. No se “ahorra” dinero, se afectan vidas y se impacta a la economía. Por eso es que llaman mucho la atención los recurrentes actos de protesta ante despidos -la mayoría injustificados. Pero, sobre todo, es de notarse la ausencia total de los sindicatos, esas organizaciones que sirven para defender a sus agremiados.

A la endeble y dependiente economía debemos añadirle las pactadas debilidad e inoperancia sindicales. Así, los trabajadores, los que producen día a día la riqueza, son los más desprotegidos de estos y de los anteriores tiempos políticos.

Arturo Miranda Montero
Arturo Miranda Montero
Profesor y gestor asiduo de la política como celebración de la vida juntos.

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