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domingo, abril 28, 2024

Hechos y versiones

Mentir es la vulgarización de la política: todo político miente, dícese.

La verdad de las cosas solo puede comprobarse en los hechos, no en los dichos.

Uno usa mentiras piadosas para evitar penas cuando convivimos con los demás. Pero al político no podemos permitirle falsear la verdad deliberadamente. Mientras el poder ha sido absoluto, absoluto es el secreto de los detentadores. Pero con el paso de libertades y derechos ganados, saber de las decisiones oficiales se ha convertido en la exigencia mayor.

El poder económico y el político se resisten al escrutinio público, prefieren reservarse los por qué y los cómos de sus decisiones. El asunto es que en sus recámaras deciden tantas cosas que van de la simple ocurrencia al crimen, dependiendo la calidad ética de los individuos.

Por eso, cuando los periodistas ven los hechos producto de las acciones políticas y económicas los poderosos reaccionan: del ocultamiento pueden pasar a la negativa y aún a la descalificación o represión de quien les contradice.

La versión oficial siempre quiere destacar en positivo cualquier decisión oficial; la versión periodística quiere desentrañarla. Si México fuera genuinamente democrático, no se gastarían las millonadas en propaganda oficial para presumir los hechos, éstos hablarían por sí mismos. Pero la fuerza de la costumbre es inconmensurable: del erario se pagan desde obituarios y felicitaciones pueriles hasta campañas obscenas.

Los hechos, son los hechos los que deben hablar; los discursos son palabrería. Los periodistas deben seguir esculcando los entresijos de esos hechos con plena protección ciudadana.

Arturo Miranda Montero
Arturo Miranda Montero
Profesor y gestor asiduo de la política como celebración de la vida juntos.

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