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lunes, abril 28, 2025

La república, bla, bla, bla

El peñanietismo ha fracasado porque nunca supo que gobernar es comunicar.

Allá por 2012, cuando izquierda y derecha vieron que el gobierno se instalaría merced al tercio que le votó, ofrecieron y construyeron un pacto para encauzar las cosas por un derrotero amplio y consensuado; el priismo vio azorado la oportunidad y la agarró; pero al paso de los productos del pacto, se desgranó la mazorca y el gobierno se quedó solo y sin saber cómo llevar a efecto las reformas, y desde entonces nomás el despeñadero.

Y todo fue quejumbre presidencial: ya sé que no aplauden, ya supérenlo, ya chole con sus quejas, no me despierto jodiendo a México, lo bueno no se cuenta y, para rematar, la pregunta enojada del pretérito pluscuamperfecto: ¿ustedes qué hubieran hecho?

El problema con esos políticos es que hablan unidireccionalmente, de arriba para abajo, miran a los gobernados como recipientes de sus decisiones, utilizan palabrería en lugar de palabras. Véase si no esta respuesta al enojado nacional, las viejas palabras para nuevos problemas: Acuerdo para el Fortalecimiento Económico y la Protección de la Economía Familiar (así, con mayúsculas pa’ que suenen).

Aislados del piso terrenal, los gobernantes han despreciado y depreciado ante los demás las palabras que orientan, que dan sentido, que guían porque explican coherentemente las cosas comunes, las de la república mexicana donde vivimos. Pero acaso la palabra más dañada de estos tiempos es política, esa que significa ponernos de acuerdo en sociedad.

Producto de la imagen, el regreso del priismo nos avasalló con lo más granado de sí mismo: ineptitud y corrupción, imágenes que le darán graves consecuencias…

Arturo Miranda Montero
Arturo Miranda Montero
Profesor y gestor asiduo de la política como celebración de la vida juntos.

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