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miércoles, abril 30, 2025

La Uni, dí

La circunstancia educativa mexicana ha venido centrándose en la básica; sin embargo, los asuntos que se han ventilado en la academia superior han puesto de manifiesto que la cosa no anda bien ni de buenas.
La evidencia del copy paste en toda su dimensión ha desnudado la endogamia circular académica. Las presiones para reportar múltiples informes administrativos, la urgencia de ser según el catálogo, la estremecedora necesidad de ingreso monetario, el ritmo de vida que imposibilita la pausa y la serena reflexión, amén del desgano por innovar resumen en un estado neurótico al cuerpo profesoral e investigador.
La inercia del crecimiento de la cobertura y del estándar cumplido de egreso colocan a las instituciones en un rápido imposible de navegar. Conseguir dinero para financiar obra edificada que albergue oficinas, instalaciones y docencia invaden toda calma. Es vértigo y no prudencia el imperativo. Así no hay presupuesto base cero que aplique.
Las organizaciones gremiales han perdido de lejos su significado primigenio; ahora son administradoras de prestaciones más o menos puntuales, pero siempre sometidas a la disposición de recursos institucionales, casi siempre deficitarios. La materia de trabajo, la generación del conocimiento y su enseñanza, no están en el día a día de sus ocupaciones.
Así, la academia ha devenido hijastra de la administración y es desde los parámetros por ella impuestos que todo se decide. Por tanto, una verdadera transformación universitaria en particular exige revolcar la ecuación: Deben ser los criterios genuinamente académicos los que tracen el devenir institucional. La inercia nos llevará, tarde que temprano, al pasmo del que nos han informado los plagiarios seriales que encueraron todo.

Arturo Miranda Montero
Arturo Miranda Montero
Profesor y gestor asiduo de la política como celebración de la vida juntos.

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