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jueves, abril 25, 2024

Los iracundos

¿Por qué hay tanta violencia en muchos de nosotros? Bueno, porque ella es la
herramienta utilizada por homo sapiens desde el origen. Se utiliza para sobrevivir o
para hacer mal.

También desde siempre ha habido intentos de someter al individuo a la paz, pero ésta
es la excepción: la guerra, la expresión más atroz de la violencia, ha demostrado, aún
hoy, que no hemos domeñado a la fiera. La ira es, en la religión cristiana, uno de sus
ocho pecados fundamentales, por eso lo han querido someter a la paciencia
eclesiástica sin lograrlo.

Enojados estamos a diario por cualquier asunto; la venganza se nos cuece a fuego,
desatando furias y violencias muchas veces con saña inaudita. Desfogar la ira parece el
signo de nuestros tiempos, no por desconocida la violencia, sino por su magnitud. Eso
del amor al próximo no cabe en el amontonamiento humano en que nos hallamos. Los
intereses económicos obligan a la explotación inmisericorde todavía ahora. Y la
política esta contaminada de alterados y furiosos.

En nombre de la democracia, se alzan barricadas y asaltos a instituciones que la
sostienen. Se muestra ira porque no se aceptan los términos en que unos exigen lo que
otros no conceden. Se toman e incendian instalaciones públicas porque no se atienden
reclamos de la más diversa índole. Y de la violencia criminal armada por las empresas
mafiosas solo es cosa de ver a niños, musiqueros, convoyes, armas y quemazones por
todo el territorio nacional para verificar que la muerte tiene permiso.

La ira es el pecado que hoy por hoy nos somete a sus designios.

Arturo Miranda Montero
Arturo Miranda Montero
Profesor y gestor asiduo de la política como celebración de la vida juntos.

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