Como se sabe, el Poder Judicial tiene que dejar se ser poder.
El galimatías político en que se ha convertido la justicia mexicana ha comenzado a correr a los jueces y demás servidores judiciales. Eso retrasará –aun más- todos los asuntos llevados a los diferentes juzgados.
Y mientras los que están se tienen que ir, los que algún día llegarán apenas sí se están apuntando para suplir a los corridos. Al aí se va, corrieron miles a apuntarse a los comités designados para recabar las solicitudes de quienes irán a la feria electoral que se ha armado para diversión de chicos y grandes.
Para Guanajuato ya hay apuntadísimos. Van desde miembros de las jurisdicciones, lo mismo que litigantes de toda laya, así como desempleados al por mayor y, por supuesto, los originados en los partidos políticos. De Morena salieron once; panistas, seis; priyistas, también seis; verdes, siete; y un perredista. Más los que se acomoden.
Si alguien sabe más o menos cómo entrarle a una elecciones entre nosotros, esos sí le hallarán la cuadratura al círculo allá por junio. Ir a ser elegido implica dedicarle tiempo y recursos, propagandizar al candidato, tener suficientes apoyos que respalden al monito. Todo eso no lo saben hacer los advenedizos que nunca han participado en ese circo.
En fin, no nos hagamos ilusiones con que tendremos jueces del pueblo que supo elegir a los más idóneos. Llegarán a ser electos quienes tengan con qué y con quién. Por eso le deberán su ascenso al ficticio poder judicial (que ya no lo será), inventado para su control y consigna.