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jueves, marzo 28, 2024

Mujeriles

Ser panista de Guanajuato es difícil en estos tiempos.

Atrapados entre la red católica que les significaba y la trivialidad de las selfies, sus ideas resultan más champurradas que las de Morena, que ya es mucho decir.

Claro, ya ninguna ideología sirve para maldita la cosa. Los cacareados valores se trastocaron por los contantes y sonantes. ¡Que lejos se ve aquello del Yunque! Esos se perdieron en la forja de los dineros.

Al paso de las décadas, la transformación –anótese el terminajo- ha sido notable en cuanto a sus personeros. Ya no son aquellos que eran adustos acólitos del bien común originado en la iglesia católica. Los de hoy, resultan ser persignados de ocasión y con el Jesús en la boca pero en tik tok. Antaño eran ceremoniosos; ahora son estanduperos.

La movida esa de la paridad de género logró ascender a la política a unas mujeres que viven entre el espectáculo y el rosario. Ello no ha mejorado la calidad de nuestra política porque llegan mujeres con los mismos sometimientos mentales y programáticos del paternalismo autoritario. Ellas impulsan agendas contrarias a los derechos de otra mujeres, promueven el militarismo y el armamentismo, elevan cada día el populismo penal y reproducen la imagen eterna de la mujer amorosa, abnegada y familiar. Amor, abnegación y familia tradicionales: sometidas al hombre que manda y provee.

Por supuesto que las panistas jamás serán feministas. Allí están las represiones para las otras que sí dicen ser y accionan en consecuencia.

Arturo Miranda Montero
Arturo Miranda Montero
Profesor y gestor asiduo de la política como celebración de la vida juntos.

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