- Publicidad -
miércoles, abril 23, 2025

No sabemos

Este tiempo mexicano nos agarró a todos en la ignorancia.

De repente apareció un virus y ni siquiera pudimos explicarnos qué diantres era eso. Los gobiernos comenzaron a dorarnos la píldora: no se trata de algo peligroso, dijeron; podemos hacerle frente y de allí pa’l real datos, y cifras y estadísticas y puras malas noticias, hasta el punto de saturarnos y llenarnos de incertidumbre.

Sí, somos un pueblo con grandes problemas de salud: timbones, diabéticos, hipertensos y, sobre todo, pobres en nuestra alimentación. Pero también somos un pueblo que no le haya a las matemáticas ni a la lectura. Por tanto, no es de extrañar que no sepamos de cosas científicas que nos afectan.

Como nuestro problema es educativo y cultural, lo verdaderamente dramático es que tenemos funcionarios estúpidos, incapacitados para dotarnos de las herramientas básicas para nuestra protección. Bueno, si no han sido capaces de darnos lo más elemental, la seguridad pública, menos pueden con una contingencia que no alcanzan a entender ni yendo a bailar a Chalma.

El micrófono y la propaganda la han acaparado los politiquillos para lucirse. Pero el tiro les sale por la culata. Su desprestigio crece porque la incredulidad crece el mismo tiempo. No han puesto a los que saben, a los que estudian esos fenómenos, a decirle a un pueblo nada dado a la ciencia, qué es y cómo entender al virus ese. Andamos en Babia desde quienes niegan de plano la existencia del corona, hasta los pensamientos mágicos o conspiratorios. Y en esas, incluso los politiquillos se trepan al tractor a “sanitizar” algo que ni ellos respetan. Ignorancia pura es nuestro mal.

Arturo Miranda Montero
Arturo Miranda Montero
Profesor y gestor asiduo de la política como celebración de la vida juntos.

ÚLTIMAS NOTICIAS

ÚLTIMAS NOTICIAS

LO MÁS LEÍDO