Ya sabemos que los políticos hablan y hablan. Lo suyo es decirnos las cosas que harán cuando alcancen el triunfo. Y cuando ya gobiernan, sus dichos son siempre justificaciones.
Pero como nuestro país está sometido a múltiples violencias, vale preguntarles a quienes ya se apuntan para gobernarnos:
- ¿Qué hacer con los territorios que dicen tener dueños?
- ¿Cómo evitar la violencia criminal que nos hace ver que sí, que hay dueños?
- ¿La economía criminal seguirá siendo exitosa?
- ¿Tienen algún acuerdo con la maña?
- ¿Cuánto dinero invertirán en sus campañas?
- ¿Qué tantos puestos cederán?
- ¿Habrán sacrificados que molesten?
- ¿Seguirán las fosas clandestinas?
- ¿Cuántas personas desaparecerán?
- ¿Seguirán creciendo buscadores de seres queridos?
- ¿Los gobiernos irán codo a codo tras los desaparecidos?
- ¿Quemarán a cada rato vehículos en calles y caminos?
- ¿La extorsión ampliará sus horizontes?
- ¿Velaremos a más policías?
- ¿Bomberos, médicos, enfermeras y demás civiles seguirán siendo blanco de las balas?
Si no dicen las respuestas que necesitamos oír, seguiremos oyendo puras mamadas.