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viernes, abril 26, 2024

PAN: rendijas y fisuras

Unos van de lo eufórico dizque porque el panismo es el más democrático entre nuestros partidos; otros, simplemente anotamos sus taras antidemocráticas, que atoran también a los demás. Todos a una son priistas, culturalmente hablando.

Dice Enrique Krauze que el panismo no ha sabido arribar al poder como debiera. En el 2000 “era posible establecer una alianza con varios políticos experimentados de la izquierda, sobre la plataforma común de combatir los vastos intereses creados (públicos y privados) de la era del PRI. No se hizo, y la novatada política -en un contexto mundial favorable- costó al país seis años irrecuperables”. Luego, en 2006, “Un gobierno de coalición hubiese fortalecido al Estado, pero el presidente optó por anclar su credibilidad en el ejército e integró un gabinete endogámico. Ambas decisiones -en un contexto internacional desfavorable- han implicado grandes costos”. Perdió sus oportunidades, pues.

Eso lo veíamos a las claras entre nosotros, aquí, en Guanajuato desde 1988-1991. Hacerse con el poder sin estar preparados resultó en el encaramamiento de una secta que dura hasta acá hegemónica, a imagen y semejanza del priismo. Y como diría uno de sus prohombres al descalificar a una de las suyas que hizo uso de una “rendija del Código Civil” que ordena la vecindad: “primero, ¿quién conoce esa norma? y segundo, no aplica”. Ellos por encima de la Ley.

Este 2012 ve mermado el  capital moral del PAN. Larga ha sido la palabrería utilizada por ellos y entre ellos para definir una realidad asfixiante: imposición de algún gobernante, sea desde Los Pinos o desde el palacio de Gobierno del Estado; denuncias por todo; grabaciones telefónicas ilegales; desacreditar al oponente; aludir traiciones; organizar y verificar los históricos acarreos; también la compra de votos y el robo de urnas, amén de los militantes a los que se les negó el derecho a sufragar; amenazas -¿cumplidas?- de fraude; y por eso exigir observadores externos para  transparentar los procesos electorales internos; y el rosario de presiones, coacción y un sinfín de prácticas  “que lastiman la dignidad de las personas, que van contra la libre voluntad, que denigran al Partido”; todo como síntoma de corrupción material e ideológica, contrarios a “los principios y doctrina panista, algo que hace mucho tiempo dejó de interesarnos, (porque) ahora lo que realmente importa es ganar las contiendas internas y accesar (sic) al poder”.

Arturo Miranda Montero
Arturo Miranda Montero
Profesor y gestor asiduo de la política como celebración de la vida juntos.

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