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martes, abril 23, 2024

Partidos ajolotes

El anfibio mexicano axolotl es de una “rara apariencia física, es poseedora de facultades extraordinarias que aun para la ciencia representan misterios: alcanza la madurez sexual sin cambiar su forma larvaria y posee la excepcional capacidad de regenerar miembros perdidos, e incluso ¡parte del cerebro!… y del ¡corazón!” (Semarnat).

Y pues sí, nuestro sistema de partidos políticos semeja a la perfección al anfibio ese. Su apariencia larvaria regenera a sus miembros y sus entendederas son más bien lo mismo una y otra vez. Solo es cosa de ver cómo se están “organizando” para las elecciones próximas. Sus procedimientos son cortándose partes y haciendo surgir implantes provenientes de cualquier lado. Los que eran azules o tricolores, ahora son vinillos. Momias de otros lados reviven como candidatos a tirones y pujones. Su ideología es simple: pónganme donde hay. Revisemos si no a los que se van colocando en el estanque hediondo de las candidaturas.

La consigna es bipolar en tratándose de la elección federal: impedir que el presidente tenga mayoría en el congreso o que el presidente sí tenga esa mayoría. Más abajo, la cosa es obstaculizar al partido mandón (como en Guanajuato, el PAN), quitándole partes de su pastel. En los municipios, arrebatos de botín. Y todo eso se hace con malas artes: dinero bajo la mesa. Todos, unos más unos menos. Por eso la burla de la ley es tan impune.

Ah, está leyéndose lo que el poeta Pacheco labró: “El ajolote es nuestro emblema. Encarna el temor de ser nadie y replegarse a la noche perpetua en que los dioses se pudren bajo el lodo y su silencio…”

Arturo Miranda Montero
Arturo Miranda Montero
Profesor y gestor asiduo de la política como celebración de la vida juntos.

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