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sábado, abril 26, 2025

Partidos repartidos

Qué gacho que cuando te toca tu mera fiestesota andes con una fama por los suelos como le pasa a los partidos políticos que, casi como los polis, son los menos queridos por la mexicanada.

Los partidos, se supone, sirven para promover la participación popular en la vida democrática, para la integración de la representación política y, como organizaciones de ciudadanos, hacer posible el acceso de éstos al ejercicio del poder público. Sin embargo, sus integrantes han solo han hecho de esas organizaciones cotos cerrados para su propia cacería de posiciones en el poder.

Allí se les puede ver dándose con todo por agarrar el mejor cargo y, si no lo logran en el suyo, sin vergüenza alguna se van con el contrario pa’ver qué agarran. Si antes dizque tuvieron programas, principios e ideas, ahora cambian a los programas, principios e ideas que postulen los que los recogen como cascajo. El chiste es simular de cara al público.

En el reparto de las posiciones no queda tiempo de pensar alguna idea creíble para enfrentar las múltiples realidades que enchinchan al país. Es cosa de ver y oír las puras repeticiones de lo mismo que todos dicen con tonos más o menos similares.

Quienes hemos vivido las campañas político-electorales de la segunda mitad del siglo veinte hasta acá ya nos curamos de espanto: nunca hubo ideología fehaciente, al sistema de partidos bien pronto se le cebó con los presupuestos de todas las posiciones oficiales y, sobre todo, muy pocos ciudadanos se afiliaron a algún partido sin esperar cargo sino la transformación de las cosas.

Por eso el desdoro frustrante.

Arturo Miranda Montero
Arturo Miranda Montero
Profesor y gestor asiduo de la política como celebración de la vida juntos.

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