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miércoles, abril 30, 2025

Periodismo objetivo, ni maiz

De que las instituciones están en crisis, véanse hasta a las privadas.

Qué difícil es ser institucional, encarnar con conocimiento de causa y convicción voluntaria a una organización para hacerla exitosa. Uno quiere ser libre y al mismo tiempo libertino.

Tanto las organizaciones públicas como las privadas exigen lealtad, ese valor que significa respeto por el lugar en el que me encuentro y, quizá, hasta me adhiero. Si no observo esa actitud, mi estancia es pasajera, en tanto se cumplen ciertos alcances.

Así sucede con el periodismo y sus periodistas. El caso, otra vez, de Carmen Aristegui y MVS es el ejemplo crítico. Ella es una periodista reconocida (aunque no por todos aceptada, como es mi caso) que labora en empresas cuyos fines son mercantiles (MVS y CNN) aunque su materia sean contenidos periodísticos. Y si ella compromete la razón social de tales empresas, desde luego que habrá reacción del directorio, del que ella no forma parte.

Pero como estamos dados al complot de tiempo completo, ya se dan la más complejas “razones” para todo lo que se ha desatado como reacciones. Y todas contra la empresa y, desde luego, para el gobierno federal. Si connivencia alguna hubiera entre los poderosos para deshacerse de la molesta, es menester probarlo haciendo el periodismo pertinente al caso. Hasta ahora no hay eso, solo diatribas, descalificaciones y tomas de esquina.

En nada nos ayuda a democratizar el ambiente nacional hacer causas ficticias. Aristegui, como todo periodista, es un sujeto que subjetiviza sus informaciones. Ella, como todos nosotros, no somos objetos, somos sujetos. Y la empresa es, también, una organización comandada por sujetos nada extraños. So

Arturo Miranda Montero
Arturo Miranda Montero
Profesor y gestor asiduo de la política como celebración de la vida juntos.

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