Pero, ¿qué diantres es la política? Bueno, ni más ni menos que nuestra herramienta para ponernos de acuerdo en las cosas comunes.
Entonces, ¿por qué solo algunos se meten a ella? Pues porque la enorme mayoría no tenemos ni tiempo ni ganas de dedicarle la vida a los problemas generales. Bastante tenemos con nuestro día a día.
Así las cosas, a la política encargada de las decisiones que a todos afectan, muchos le entran aunque no sepan mi madres de lo que se trata. Entre nosotros se ha colado la falsa idea de que la política debe dar dinero y poder a cualquiera. Por tanto, vemos y padecemos a tanto estúpido tomando pésimas acciones en cosas tan simples como limpiar las calles o tan graves como la delincuencia criminal.
Los políticos son como nosotros, seres humanos que tienen las mismas virtudes y defectos como uno; lo que les diferencia es que creen que ellos nos resolverán la vida común. Pero las más de las veces, mienten. Ni pueden o ni saben cómo hacerlo.
Su agrupamiento en organizaciones partidarias les da una ventaja para permanecer. Así fue cuando el priismo se nos instaló durante décadas: todo lo decidían los priistas al servicio del señor presidente. En Guanajuato, nuestro estado, también llevamos treinta años de panismo funcionando igual; así que entre tricolores y azules no tenemos de otra. Y los que llegan están cortados por la misma tijera, advenedizos engañabobos. Es nuestra cultura política.
Así que, o nos encargamos de la política o seguiremos amamantando a todos esos que dicen estar con nosotros.