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viernes, marzo 29, 2024

Políticos para hoy

En tropel, los partidos políticos reciben los empujes de hombres y mujeres que quieren ser algo en la política. Todos aducen su legítimo derecho. Unos más que otros, lo que necesitan es vivir la alegría del poder: la que otorga el dinero y las influencias, lo mismo que para decir y actuar en consecuencia.

Por un momento habríamos de pensar en que los partidos políticos están integrados por ciudadanos concientes de su responsabilidad para con los demás y que, en fin, nuestros partidos no son cosas inútiles que nomás para darse el gusto sirven.

En nuestro tiempo mexicano (universal, pues) el gran problema es el de la mediación: los políticos tienen la misión de interponerse entre dos o más que riñen o contienden, procurando reconciliarlos y unirlos en la convivencia que la enorme pluralidad obliga. Riña, contienda y convivencia entre los particulares no son fáciles, porque somos millones con intereses encontrados. Por tanto, los que se dedican a la cosa pública tendrían que contar con prendas que favorezcan la convivencialidad no reñida con nuestra cantidad.

Pero resulta que esos encargados de interponerse para bien se colocan de lado, arriba, ajenos y excluyentes. Por eso los conflictos crecen y los intermediarios se descalifican: “todos son iguales”. Y al descalificar a los políticos, se descalifica a la política, la vital herramienta que podría dotarnos de civilidad.

Entonces, ¿cuántos aspirantes en su íntimo decoro sí sirven para el tiempo político mexicano? Pericos cantinflescos hay en demasía; ambiciosos por acumular riqueza, más; malandrines traficantes de influencias, legiones. Pongámosle nombre a cada uno que aspira a algún cargo y saquemos cuentas de cómo nos va a ir en 2012. Digo, pa’ no seguir quejándonos.

Arturo Miranda Montero
Arturo Miranda Montero
Profesor y gestor asiduo de la política como celebración de la vida juntos.

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