- Publicidad -
sábado, abril 26, 2025

Priismo destapacaños

Casi tan cantado como Andrés, el destape de Meade era harto cacareado.

El ritual tricolor, tan viejo como nuestra política, reiteró lo sabido: el partido oficial celebra el destape del “mejor hombre”.

Digital antes de la era digital, el priismo (y Andrés como summa de lo mismo), todos a una hacen las reverencias festivas al Gran Dedo, al Señor Presidente que ensalza “el amor a la patria” del que nombra para sucederle. Se renueva el fuego en ceremonias sacrificiales y con disciplina de los no favorecidos. Ora que ninguno se va con las manos vacías. No se pierde todo. El “arreglo” es consustancial a ese sistema. Por tanto, la cargada es instantánea y calculadora a la vez.

Es tan sistémico este juego que hasta los opositores formales juegan, los medios lo reproducen, los opinómetros lo presumen, todos a una esperando la ganancia del destape. Aparecen ya ad nauseam las miles de fotos que se ha tenido oportunidad de lograr con el Hombre: las de la infancia, la escuela que nos cobijó, las fiestas a las que concurrimos, las ceremonias que nos reunieron, los cargos que compartimos y hasta las espontáneas y anónimas ocasiones del topón. Una de las primeras que vi publicarse obscenamente es la del gobernador panista de Guanajuato con su propio dedeado junto al Hombre “con quien coincidimos en la función”.

La antigualla que tenemos como política nos descobija ante el mundo y ante nosotros mismos: esperamos del país de un solo hombre la salvación de la que denominamos patria (aunque la neta, la neta, eso se traduce en los bienes y recompensas que se sueña alcanzar con la presunta cercanía e influencia con “el bueno”). Seas o no priista, el priismo todo lo permea y eso obstruye las cañerías políticas mexicanas.

Arturo Miranda Montero
Arturo Miranda Montero
Profesor y gestor asiduo de la política como celebración de la vida juntos.

ÚLTIMAS NOTICIAS

ÚLTIMAS NOTICIAS

LO MÁS LEÍDO