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jueves, abril 25, 2024

¿Qué elijo?

Decidir no es asunto fácil. Cuando se trata de ir con todos los que vivimos en comunidad, nos resulta molesto o complicado, porque nos sacan del día a día, ese tiempo en que tenemos que resolver la vida.

Sin embargo, cuando me doy cuenta que tengo que pagar por cada compra que hago, por tener una nómina, por servicios como luz, agua, escuela y demás, debo preguntarme: ¿cuánto dinero le doy a los gobiernos a cambio de qué? Entonces, hay que decidir.

Ningún gobernante nos da de su dinero nada. Todo lo que recibimos –bueno o malo- del gobierno nos cuesta a nosotros, todos lo pagamos con los impuestos. Y, ¿quién decide qué impuestos y cuánto? Si se trata del municipio, el ayuntamiento dice y los diputados locales deciden si sí o no. Si se trata del gobierno estatal, también los diputados del congreso lo deciden: cuánto se recauda y cuánto y en qué se gasta. En el gobierno federal, la cámara de diputados tiene en exclusiva la lana: allí se decide cuánto y en qué.

Eso es exactamente lo que tenemos que definir en la urna. Si queremos que el ayuntamiento nos quite hasta los calzones, votemos por quienes ya lo saben hacer. Si queremos que el gobierno del estado nos los quite también y se los gaste en sus ocurrencias, pues también. Y, en fin, si al gobierno federal le damos todo el dinero para que lo gaste en su proyecto, el voto tiene destino.

Hoy por hoy, la boleta que tachamos resulta ser un cheque en blanco que damos casi gratis a los gobiernos para que lo gasten en lo que quieran.

Arturo Miranda Montero
Arturo Miranda Montero
Profesor y gestor asiduo de la política como celebración de la vida juntos.

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