¿A quién se le ocurrió ir a meterse a la imprenta donde se maquila el periódico Correo?
Todo mal. El que organizó el portazo ni idea tiene de qué es y cómo funciona una empresa periodística. Eso de ir cuando no hay nadie provocó risa por grotesco. ¿En el área de comunicación oficial no saben que un periódico se hace febrilmente por las tardes noches del día? ¿Qué los reporteros no están por las mañanas porque andan reporteando? Es más, ¿no tienen ninguna relación o contacto con los directivos periodísticos? A juzgar por lo visto, no. Eso de andar pidiendo teléfonos en plena búsqueda de alguien a quien darle un oficio es, obviamente, falta de oficio.
¿Por qué tenía que ir el propio rector general a la cabeza de una búsqueda infructuosa? ¿Por qué y quién lo embarco en una charada así? A mí me resulta evidente que su comunicador oficial nada entiende de estrategia comunicacional ni institucional. Allí andaba, perdido como cualquier hijo de vecino que se metió a casa ajena. Y en esa febril actitud quedabien, metió a todos los que fueron a un momento vergonzoso en un terreno que les es ajeno.
¿Cómo es que se decidió una acción como esa para reclamar “derecho de réplica” a un medio de comunicación al que, reiteradamente se ubica como que “no es un interlocutor académico con esta casa de estudios”? Si no lo es, ¿para qué organizar algo tan lejano de un acto académico?
Nunca en la historia de la Universidad de Guanajuato, desde 1945 en que fue erigida, acto similar se había organizado. Y eso que sus directivos han andado en la política. ¿Por qué ahora sí resbalarse por toda la escalinata encebada?
