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lunes, abril 28, 2025

Ridículo

Pos ora resulta que el funcionariado pone en evidencia que rebajando dinero malgastado puede todavía hacerle al fatuo.

Sumidos en ardua desconfianza, los dirigentes mexicanos nomás atinan a “rebajar” montos del erario para dizque congraciarse con la mexicanada molesta.

Que si se desprenden humildemente de un porcentaje de su alto sueldo, que si se restringen vales y prerrogativas en otro tanto, que si el teléfono y la gasolina se usarán menos, que si la mano del muerto sobre la extinta gallina de los huevos que ya no habrá.

A estas alturas, la sospecha y el recelo hacen desconfiar en que las “medidas” habrán de paliar el malestar y domeñar la indignación. Qué otro resultado habría de esperarse después de años de trapacerías y derroches. Pedro M. De Olive, sostiene en su diccionario que “la sospecha es peculiar de todos los seres desconfiados, y el recelo de los que por experiencia conocen el mundo y el corazón humano”.

Los paliativos son meras medidas administrativistas que no van al fondo del problema: el agotamiento del sistema político priista.

Ninguno de los actuales dirigentes políticos atisba otro horizonte que no sea salir del paso. No pueden ver más allá de su coyuntura porque la enorme mayoría de los que ocupan cargos lo están por chambistas ávidos de riqueza.

Necios, fatuos e impertinentes llenan los espacios que debieran honrar las mejores virtudes de la política. “El necio es siempre ridículo, y por consiguiente merece el desprecio. El fatuo cansa y disgusta. El impertinente ofende, irrita y desespera”, sostiene Calandrelli. ¿Qué esperan?

Arturo Miranda Montero
Arturo Miranda Montero
Profesor y gestor asiduo de la política como celebración de la vida juntos.

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