Los partes de guerra diarios que se libra en nuestro territorio dan cuenta de que mueren asesinados hombres, mujeres y niños como si nada.
Los guanajuatenses vemos caer a nuestros parientes, a ciudadanos de todos los municipios, a seres que mueren violentamente sin importar edad o condición.
Los medios de comunicación y las redes sociales reportan casi en tiempo real ataques de todo tipo en donde perecen decenas de personas. Todos lo vemos. ¿Nos hemos familiarizado con eso?
Los únicos que no dicen ni pío son quienes debieran cuidarnos: los gobiernos. Ellos andan en sus cosas: dinero y elecciones. Llevamos años viendo cómo manipulan sus datos para decir que todo crimen baja en los porcientos que ellos diseñan. Siempre están volteando a otro lado y cierran el pico para no explicar su indolencia.
Las madres de los desaparecidos buscan y rascan la tierra para tratar de encontrar algún resto que les de algo de paz. Y en eso van solas, porque la burocracia nomás atina a decir que se abren carpetas de investigación y tan tan.
Los gobernantes de todos los órdenes (federal, estatal, municipal) dejan a otros esos asuntos criminales, aducen que es responsabilidad de tal o cual nivel o dependencia. Es la política de lavarse las manos y cerrar la boca.
Sus prioridades están en el poder y cómo conservarlo, arrebatarlo, mantenerlo o ganarlo en la rueda de su fortuna.
¿Es necesario restregar aquí las cifras horrorosas del día a día?