- Publicidad -
jueves, marzo 28, 2024

¡Seguridad!

Uno puede encontrarse con la violencia nomás abrir los ojos.

Nuestra amontonada sociedad está intoxicada por la criminalidad cada día más brutal.

Ser mujer en estos tiempos es verse como objetos desechables; y ser hombre es ser susceptible de corrupción inaudita.

En esas, cuando los gobernantes nos salen que nos “faltan valores”, que “seamos buenos”, que no hagamos “travesuras” solo nos queda la indefensión en el abandono.

Rascarse con uñas propias y autodefenderse es la única ley. Esos que juraron –y perjuraron- cumplir y hacer cumplir la Constitución y sus leyes, lo hicieron como cuando pasan por un templo y se dibujan el garabato persignatorio y se largan.

Hay toda una confusión acerca de cómo entrarle a la inseguridad criminal. Por un lado, el gobierno federal no atina a explicarnos cómo es que ya no hay guerra contra los capos y por qué una presencia militar más profunda. Por otro, en el gobierno estatal necean con la misma estructura fracasada de años: mismo fiscal reducido a la propaganda, mismas fuerzas estatales sobajadas y ninguna estrategia más que la discursivamente huera. Y al fin, en la base municipal, ayuntamientos sin idea ni vocación para entender nada; ellos a lo suyo, al botín ora que hay. Mientras, en sus narices, los criminales de toda laya ostentan su poderío inmune e impune.

En los pueblos y ciudades se sabe quién es quién en eso del crimen, todos los “buenos” saludan a diario por calles y caminos; se sabe cómo han “progresado”, pero ninguna autoridad se entera hasta que un escándalo mediático estalla y salen con la misma batea de babas: “se aplicarán los protocolos hasta sus últimas consecuencias”. Y sí, andamos en las últimas.

Arturo Miranda Montero
Arturo Miranda Montero
Profesor y gestor asiduo de la política como celebración de la vida juntos.

ÚLTIMAS NOTICIAS

ÚLTIMAS NOTICIAS

LO MÁS LEÍDO