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jueves, marzo 28, 2024

Son tío Lolo

De plano, sepamos: no tenemos gobierno.

Ni en los municipios ni en el estado ni, por supuesto, en México.

Al que debiera ser republicano y federal, nomás le importan las elecciones (las pasadas y las por venir). Al que debiera hacerse cargo de Guanajuato, prefiere ser influencer. Y, de plano, los municipios se quedan a la buena de diosito. Estamos solos.

¿Para qué se organizan los gobiernos? Primero que nada, para evitar los conflictos entre  nosotros. Deben prevenir, atender y resolver todo lo que provoque inseguridad. Pero hace tiempo que vemos que ninguno de ellos se encarga de sus deberes. Siempre están volteando para otros lados.

El federal no quiere usar la fuerza que se le entregó. El estatal acumula números de impunidad. Y los municipales solo atinan a reclutar en la calle a quienes necesitan una chamba, aunque sea de policía.

El horror criminal se nos aparece un día sí y otro a güevo. Los espasmos horribles se apagan con otro al día siguiente. Los medios de comunicación y las redes nos cuentan hechos que de inmediato se olvidan. Nos acostumbran al crimen. Como videojuego que se acaba con un game over.

Usando los machotes burocráticos, los (I)responsables de atender los casos, llenan de lugares comunes sus declaraciones y ya. Nunca sucede nada después, nunca nos explican qué sucedió y que consecuencias tuvo. Prefieren no hacer nada más. Son los amos de la impunidad. Mínima cantidad de hechos e individuos son presentados a un juez. El crimen tiene permiso.

Arturo Miranda Montero
Arturo Miranda Montero
Profesor y gestor asiduo de la política como celebración de la vida juntos.

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