¿Quién ha visto a los del ayuntamiento en un camión de ruta? Yo no.
La pregunta puede sonar frívola, pero no lo es. Resulta que ellos deciden las cosas de la movilidad urbana. ¿Y cómo lo deciden?
Expertos en movimientos humanos en el transporte no son, que sepamos. Quizá alguna idea tengan merced a expertos consultados. Pero a juzgar por las condiciones de nuestro transporte, no hay evidencia de entendimiento.
¿Es necesario decir en qué condiciones está nuestro transporte? ¿acaso no sabemos cómo andan choferes y cobradores? ¿No nos resulta molesto el sistema de traslados con sus demoras, aceleres, descomposturas y enojos de todo mundo? ¿Los permisionarios y concesionarios los usan? Todas las respuestas son obvias. Las jornadas miserables de los trabajadores los tienen de malas casi siempre; sus ingresos son literalmente perreados; las cancelaciones por cualquier causa de las rutas y horarios nos hacen perder tiempos y compromisos de toda índole.
No, simplemente no tenemos un sistema de transporte que dignifique a Guanajuato. Y eso lo sabemos hace décadas, pero nada cambia.
Gobiernos van y gobiernos vienen y todo empeora. Los dueños de nuestros movimientos sólo piensan en sacarnos más dinero por pasaje. Las muinas que hacen los cobradores por los medios pasajes son ya de antología.
La ciudad histórica de Guanajuato requiere un cambio radical en su movilidad. Sé muy bien que la inutilidad gubernamental no lo entiende. Tendremos que esperar a ver qué nos proponen los que quieran el gobierno en las elecciones por venir. Mientras, que no nos atraquen con otra subida de tarifas.