Hollywood está viviendo su propia crisis de burbuja y no se necesita ser un genio para comprender esto: hay cientos de proyectos que necesitan conseguir grandes ingresos en su primer fin de semana porque, en la siguiente deberá competir con la película de estreno y así hasta el infinito. Esta ya no es situación de una película sino de 3 o incluso más que compiten por los ingresos del viernes, sábado y domingo.
Pero ¡Oh sorpresa! la gente este año no acude al cine, es incluso el peor año en ingresos de taquilla desde los 20’s ¿Por qué?
Quizás se deba al cansancio de ver proyectos que involucran una estructura de universo compartido, que el género de superhéroes –el género rey en estos tiempos- se encuentre en su declive, tal y como lo había anunciado Spielberg o, como de costumbre: la culpa la tienen los remakes.
Yo no los odio… siempre y cuando justifiquen la razón de su existencia. Hay remakes buenos y que incluso ofrecen una mejor visión a la de la original, eso es un hecho pero no podría decir lo mismo de los que hemos estado viendo durante los últimos años, y debo decir que uno de los que más me duele haber visto, es Cazafantasmas.
Pero antes de ir con la crítica, debemos analizar un poco de la historia del proyecto.
La gente clamaba por una tercera parte por más de 20 años, rumores van y venían con las intenciones de Dan Aykroyd y Harold Ramis por tener un guion que continuara las aventuras de los científicos más “cool” del universo. Bill Murray entraba y salía de este proyecto con su siempre natural actitud desganada, nada pasaba y Sony comenzó a olvidar la franquicia. Fue hasta en el año de 2009 en el que la mentada tercera parte sí existió; Ghostbusters: The Videogame, fue un éxito de ventas inesperado que contaba con el reparto original e incluía las propuestas de una película que no se realizó.
Esto naturalmente hizo voltear a los ejecutivos de Sony, quienes con una restauración en los cines de la primera película, venta de productos oficiales y demás, se dieron cuenta de que todo este tiempo tuvieron una franquicia rentable en sus filas que no fuera de Marvel.
La búsqueda de una tercera parte se inició, pero comenzaron los errores de inmediato: esto no sería una tercera parte, sería un remake. No estoy diciendo que Cazafantasmas sea una película llena de acción, pero es una de las vacas sagradas de los años 80’s, una que ha perdurado en la historia colectiva por su excelente guion y dirección, es de esas cosas estúpidas que sólo pudieron pasar con las mentes adecuadas.
Pero en estos dos años nos hemos dado cuenta –todo gracias al hack de Sony en el que se filtró toda operación del estudio- de que no saben dar decisiones acertadas. Eso y la suma del problema de la mala publicidad (tendría que escribir como 3 publicaciones explicando cada detalle, pero pueden consultarlo en internet) dan como resultado una de las películas más controversiales de nuestros tiempos.
Con todo esto ¿Quería ver Cazafantasmas? Pues sí, tenía un rayo de esperanza en Paul Feig y en Kristen Wiig, personalidades que entregaron Damas de Honor (2011), una comedia que mostró la capacidad de Feig como director y uno que le aportaba un estilo vulgar al ya muy cansado género de la “chick flick”.
Pero… la realidad es otra, y de nuevo, nos muestra que algo está muy mal con los estudios.
Cazafantasmas tiene todo lo necesario para ser una película entretenida de verano, con un cast excepcional, un director capaz, y una premisa que no debería ser complicada de realizar. El problema inicia desde su concepción, y es que a pesar de ser un remake, la película tiene el descaro de recurrir a la mitología de las otra dos películas en un intento burdo por generar una conexión con supongo yo, a los fanáticos de la franquicia.
Escuchamos hasta el hartazgo el tema creado por Ray Parker con diferentes bandas unas 5 veces, vemos a Pegajoso en un momento entretenido pero al final de cuentas innecesario, tan innecesario como la aparición del hombre de malvavisco en un momento, aparece el logo e incluso este es el villano… y lo peor radica en unos cameos obscenos del viejo cast, nuestros queridos cazafantasmas, no siendo los cazafantasmas. Da pena ajena ver que usen a Bill Murray, a Dan Aykroyd, a Ernie Hudson, a Annie Potts y a Sigourney Weaver, con personajes que aparecen sólo unos segundos, dicen frases estúpidas, y se retiran a cobrar su cheque, sin las intenciones de respaldar el remake. Y he ahí su problema, porque a falta de una identidad que decide crear, se agarra de este elemento en esa nostalgia tan barata que tanto me está cansando en el cine.
Y los problemas no terminan ahí, porque el guión es horrendo.
Horrendo porque los chistes no pegan con la audiencia a menos de que se trate de chistes de flatulencias (benditos… benditos… benditos chistes de flatulencias), porque no nos deja conocer las relaciones del equipo y se dedican a lanzar “catchphrases” a diestra y siniestra. En donde el humor resulta estúpido con personajes que no llevan un arco y se vuelven detestables. Donde en vez de pensar con una sola película, hacen el MISMO ERROR que Sony ha estado haciendo en pensar en franquicias y spin-offs y no evaluar la película que tienen en este momento.
Y puedo apostar mi alma en que la película tiene un gran número de elementos recortados por el estudio, podemos percibir una secuencia de baile que sí, es probable que diera pena ajena, pero llega a un extremo en el que la película se corta sin sentido en donde un personaje parece abandonar al equipo y está en un hotel: no se nos explica el por qué ni nada. Claro que nada idiotas deciden poner chistes sobre la controversia del casting y de que sean mujeres en donde las protagonistas están leyendo comentarios de internet… ¿Yeih?
Kristen Wiig se siente incómoda en toda la película, no quiere estar ahí y su personaje sobresale por estar envuelta en baba, Melissa McCarthy debe de ser la que más se siente comprometida con el proyecto, en parte por su fascinación con la caricatura de “Los verdaderos Cazafantasmas” (y de la cual estoy seguro que la película quiere rendirle tributo con los diseños espectrales) y no me desagradó, a pesar de ser un personaje simple como todo el equipo que se define por sólo un elemento. Kate McKinnon tiene un diseño atractivo y en un momento parece ser que intenta emular a Egon como el científico que ha perdido contacto social y se dedica a hacer experimentos, pero tiene las frases más estúpidas del equipo (“Booyah emphasis on the boo”) y Leslie Jones, pues sí.. es un estereotipo del personaje afroamericano.
No tengo idea de qué carajos acaba de pasar con una de las franquicias más queridas de mi infancia, es obvio que no destruye a la original, quien asegure esto no entiende que las nuevas versiones no vienen a usurpar el lugar de la original, pero en definitiva es un desperdicio de tiempo, de potencial, y de dinero. Al intentar ser una calca de la original olvida que está planteado como una nueva versión y esta nueva versión de Cazafantasmas carece de espíritu.
Lo mejor sería inculcarle a las nuevas generaciones sobre la reevaluación de clásicos, de apreciarlos y de que tengan la oportunidad de volver a verlas en el cine. Digo: una conversión al 3D o remasterizarla es más barato que los bodrios que están apareciendo como un presagio de crisis de identidad en el cine moderno.
