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viernes, abril 26, 2024

Argumentación y párrafo

La argumentación es el proceso de aportar explicaciones (con testimonios, referencias y precisiones) para lograr conclusiones claras de un tema debatible.

La argumentación no es tan sencilla, como cabría suponer a primera vista. No se trata solo de acumular aseveraciones de datos comprobables. La intención última es convencer a quien tiene una postura diferente. Entonces, se debe exponer un razonamiento fundamentado de tal forma que sea imposible construir una argumentación en sentido opuesto. Ello obliga, por tanto, a una exposición impecable. Esto es, construir párrafos incontrovertibles.

Cierto es que datos comprobables y palabras precisas contribuyen. Pero sin una estructuración sólida del proceso de razonamiento, difícilmente se logra el objetivo. El proceso mental de razonamiento es singular, difiere en cada persona. Cada cual construye los procesos de juicio acorde a su propia experiencia, y no hay dos experiencias idénticas (ni la de los gemelos).

A pesar de ello –igual que en la medicina, que un organismo no es idéntico a otro, pero su reacción es similar a un estímulo–, la construcción de párrafos argumentativos puede contar con varios elementos característicos por descubrir.

La Biblia, en Proverbios 16:24, enuncia: «Quien piensa bien las cosas, se fija en lo que dice; quien se fija en lo que dice, convence mejor». De ahí la importancia de un párrafo bien estructurado.

Un vendedor, cualquiera que sea su ramo, normalmente presenta argumentos para convencer de las bondades de su producto. Debe valorar las reacciones de su futuro cliente (gestos, actitudes, exposición de ideas), con el propósito de rebatir, derribar resistencias y convencer. Su técnica es sencilla. Inicia con la conclusión, después explica las ventajas (acorde al perfil del cliente) y finaliza con la conclusión inicial, pero con otras palabras.

«Es el automóvil ideal para usted. Tiene el tamaño justo para su familia. Asimismo, cuenta con localizador GPS. El aire acondicionado es el que requiere este clima tan extremo. Además, el sistema de sonido esta diseñado para todo tipo de gustos musicales. El ruido de desplazamiento es nulo con las ventanas arriba. Es un vehículo que parecería diseñado para sus necesidades».

Escribir un párrafo argumentativo es idéntico. Se inicia con la conclusión, continúa con los aspectos que construyen la solución y nuevamente se remata con lo dicho al inicio, pero con otras palabras. Vemos un ejemplo del sector público (tomado del libro Redacción judicial): «La sala responsable omite aplicar los artículos 1, 3 –fracción viii– y 36 de la Ley Federal del Procedimiento Administrativo. Este último establece los requisitos para la notificación de todo acto administrativo de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente. Como la orden de visita no se notificó personalmente al representante legal de Pemex (sic) Refinación antes de ejecutarla, dejaron de observarse las formalidades esenciales del procedimiento. Por tal razón, la Sala descarta la aplicación del ordenamiento citado».

Note, amable lector, que la primera oración con palabras diferentes enuncia lo mismo. Los párrafos intermedios explican la razón y al mismo tiempo van construyendo la conclusión final.

Igualmente, si cada párrafo presenta de esta forma contundente sus argumentos, todo el documento tendrá una gran solidez.

Enrique R. Soriano Valencia
Enrique R. Soriano Valencia
Mexiqueño. Licenciaturas en Periodismo y Ciencias de la Educación. Premio Estatal de Periodismo Cultural 2009. Cuatro libros y tres centenares de talleres, cursos y conferencias sobre Redacción, Ortografía, Formación de Instructores y aspectos de la cultura mexica. Correo electrónico: sorianovalencia@hotmail.com Facebook: Chispitas-de-lenguaje Twitter: @ChispitasDeLeng

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