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jueves, abril 25, 2024

El chiste y lenguaje

¿Qué nos hace reír? Hay un ensayo de Sigmund Freud titulado El chiste y su relación con el inconsciente. En esa obra, el padre del Psicoanálisis estudia la tendencia al placer, a partir del regocijo por exponerse a él.

La mayoría de las investigaciones al respecto analizan dónde está lo gracioso. De forma destacada, abordan la importancia del lenguaje en el chiste. Sin este—usos y significados asignados a las palabras o las imágenes— no existiría el chiste. Las imágenes que llaman a la risa, tienen también un lenguaje relacionado con significados y el razonamiento los considera graciosos al alterar la lógica, mediante ridiculez, burla o ironía.

El Diccionario de la lengua española dice del chiste: «Dicho u ocurrencia agudos y graciosos. //…// Suceso gracioso y festivo. // Chanza, burla, broma. Hacer chiste de algo. // Dificultad, obstáculo». Y da como ejemplo de esta última acepción: «La preparación de esta comida no tiene ningún chiste».

El razonamiento, el lenguaje y la risa están en la misma zona cerebral. Era natural. La evolución propició la habilidad del habla(la forma de interconectar las neuronas). Ello favoreció conceptuar y razonar. La necesidad de comunicarse generó un lenguaje primitivo (señas, articulación y gestos: para atacar, prevenir o coordinar).Una primigenia forma de interpretar conceptualmente lo que se estaba recibiendo surgió entonces. Entonces, el razonamiento surgió a partir de ordenar ideas y comprender su sentido, que eso es la lógica. El chiste, o mejor dicho lo gracioso, radica en romper esa lógica. La comprensión de lo ilógico es lo que hace gracia. Por tanto, entre más intrincado, oculto o complicado, es más ingenioso, como lo define el propio diccionario oficial.

El lenguaje (gráfico -letras o imágenes- o fonético) hizo la magia de llevarnos a la risa. No todos al escuchar el chiste ríen al mismo tiempo. El tiempo de reacción es diferente pues las conexiones cerebrales no se encuentran de la misma forma en dos personas. Encontrar el vínculo es complicado. Eso es debido a que, como primer paso, debimos conocer el significado de cada palabra(y si no se conoce todas sus alternativas, entonces es imposible dar con la relación), después vincularlas unas con otras (crear conceptos) y, posteriormente, asociarlas a la cultura (el contexto). Un claro ejemplo es el albur donde el juego de palabras radica en los múltiples significados de las palabras o su vinculación fonética o ambos conceptos. ¿Y dónde está la gracia?:en la habilidad, encontrar lo oculto hace gracia. Cuando alguien descubre algo, le causa gusto, aun sin ser un chiste. Así, el chiste del chiste está en el regocijo que produce la vinculación no manifiesta, encontrar la ruptura de la lógica. Los mejores chistes son los de mayor complejidad. Eso es también «leer entre líneas», encontrar información oculta reflejada en la asociación de las palabras, su organización y relación con otros conceptos (personales, ambientales o sociales).

El chiste representa un proceso mental razonado a partir de la comprensión del lenguaje, sea auditivo, en palabras o gráfico.

Si no fuera así… ¡qué chiste!

Enrique R. Soriano Valencia
Enrique R. Soriano Valencia
Mexiqueño. Licenciaturas en Periodismo y Ciencias de la Educación. Premio Estatal de Periodismo Cultural 2009. Cuatro libros y tres centenares de talleres, cursos y conferencias sobre Redacción, Ortografía, Formación de Instructores y aspectos de la cultura mexica. Correo electrónico: sorianovalencia@hotmail.com Facebook: Chispitas-de-lenguaje Twitter: @ChispitasDeLeng

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