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jueves, marzo 28, 2024

Elecciones y escritura

En 2014, la revista Forbes de México publicó un artículo donde decía que requisito indispensable para ser un buen líder (por supuesto que se refería a liderazgo empresarial) es saber escribir bien. La revista señalaba que alguien acostumbrado a organizar sus ideas es mucho más probable que sepa tomar las mejores decisiones. Por supuesto, quien no tiene habituada su mente a organizar y priorizar, cuando expresa ideas, no anticipa riesgos, desmenuza situaciones complejas o toma decisiones adecuadamente.
Las presidencias municipales son sitios donde la capacidad organizativa está a la orden del día.
No he sabido de algún caso que en la selección interna de candidato a puestos de elección popular hagan examen de redacción y ortografía a los aspirantes. La selección se reduce a quienes están mejor vinculados a las esferas del poder real partidista (porque las consultas a las bases, hasta los mismos militantes lo saben, muchas veces se trata de escenarios acordados).
Ello preocupa pues la oferta política no garantiza eficiencia operativa, sino respuesta a grupos de interés extraadministración.
Además de presidencias municipales, elegiremos a diputados para las siguientes legislaturas estatal y federal. Tendremos personas que ejercerán trabajos no solo de estudio, análisis y reflexión de diversas materias de la actividad social, sino que redactarán. Si las leyes fueran adecuadamente enunciadas con precisión gramatical, el nivel de interpretación se reduciría.
Requisito indispensable para ser servidor público debiera ser una formación impecable en gramática y ortografía. Las leyes, cada uno de los artículos, finalmente, son enunciados que pretenden normar un aspecto de las múltiples aristas de la vida cotidiana. Enunciados imprecisos, ambiguos o francamente confusos alimentan la corrupción, el coyotaje y la injusticia. Eso le cuesta al país y aumenta un nivel de complicación al desenvolvimiento social.
Algunos precandidatos argumentarán que para eso está el personal de apoyo en los respectivos congresos. En efecto, hay oficinas dedicadas a valorar la congruencia con otras normas (cuando se propone o se modifica algo) y a revisar la forma de enunciarlas (bajo lo que llaman técnica legislativa, que en mucho se centran en aspectos de ortotipografía, o sea, del uso, formato y estilo en que toda la legislación se ha enunciado). Idealmente, suena innecesario, entonces, que los representantes populares estén al pendiente de lo que estarán asesorados (indiscutible, muchos de esos empleados cuentan con una enorme experiencia, producto de varias legislaturas en operación).
El problema es que en no pocas ocasiones la jerarquía se deja sentir. Desde luego que el peso de un diputado frente a un empleado del Congreso (sea federal o estatal) es total y absolutamente determinante. Eso lo saben y lo dejan sentir. Recién llegados –he sabido– se muestran razonables y condescendientes con quienes los asesoran. Se dejan llevar como un estudiante frente a su orientador vocacional. Pero una vez que se familiarizan con el terreno, pueden llegar hasta la intolerancia, manifestada en la franca imposición. Finalmente, son ellos los que llevan sobre sus hombros la representación popular. Resultado: ni liderazgo, ni normas impecables. El próximo domingo, valore bien a quien elegirá.

Correo electrónico: sorianovalencia@hotmail.com

Enrique R. Soriano Valencia
Enrique R. Soriano Valencia
Mexiqueño. Licenciaturas en Periodismo y Ciencias de la Educación. Premio Estatal de Periodismo Cultural 2009. Cuatro libros y tres centenares de talleres, cursos y conferencias sobre Redacción, Ortografía, Formación de Instructores y aspectos de la cultura mexica. Correo electrónico: sorianovalencia@hotmail.com Facebook: Chispitas-de-lenguaje Twitter: @ChispitasDeLeng

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