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viernes, marzo 29, 2024

Las palabras enamoran

Mis amigos y compañeros del Diezmo de palabras, un taller literario de Celaya, aseguran que las palabras enamoran.

Este sentido de inmediato remite a la famosa obra de teatro Cyrano de Bergerac de Edmond Rostand. En ella se narra la tragedia del personaje Cyrano que se ve obligado a escribir cartas de amor a la mujer que ama pero a nombre de su mejor amigo, quien sin saber de las intenciones del personaje, ha manifestado amor profundo por la misma mujer.

La obra está basada en algún pasaje de la vida real del mismo Hercule-Savinien de Cyrano de Bergerac (1619-1655), quien fuera contemporáneo y coetáneo de personajes de la talla de Boileau y de Molière, y también poeta y dramaturgo.

Científicamente, en efecto, las palabras tienen un impacto emocional en quien las escucha o lee. A ello se le llama diferencial semántico. Este se ha estudiado con base en la respuesta que una palabra provoca (simpatía, incomodidad, molestia, interés, desagrado, etc.).

Desde luego, se trata de un promedio social de reacción en un momento y lugar específicos, lo que implica diferencias individuales por cultura y épocas. Es decir, que ello no implica que las palabras tengan efectos y sentidos diferentes al promedio en individuos específicos. En este sentido, conozco el caso de un muy querido muchacho que asocia la palabra ‘cloro’ con aspectos positivos pues le recuerda a su madre. En una época crítica en las relaciones familiares, la madre debió trabajar (por lo tanto, registrar un desapego físico) y cuando regresaba a casa, el olor de su ropa se caracterizaba con ese producto.

Por la definición y este tipo de experiencias, el principio se enmarca en un estudio con preferente tendencia al Conductismo y tiene su mejor efecto práctico en la publicidad. Ello no implica, sin embargo, que no sea abordado por otras corrientes de la psicología.

Fuera del propósito comercial, hay tres tipos de palabras y de construcciones que por su tipo de carga en el ánimo promedio de las personas se clasifican en negativas, positivas y neutras. Hay vocablos por sí mismo que tienen carga negativa, como la palabra infierno; o vocablos que, por el contrario, contienen el factor positivo: hogar. Pero hay otras que al ser neutras y estar rodeadas por cualquier de ambas, se suman al efecto positivo o negativo.

Así, tradicionalmente, la poesía ha tocado las fibras sensibles de las personas. Pero al manejo emocional de los vocablos, el poeta suma otro factor de singular importancia: el ritmo, el énfasis en determinadas sílabas de forma cíclica. La poesía moderna no está ligada necesariamente a la rima; la rítmica y la selección de palabras, logran un efecto emocional intenso en el lector o el escucha.

Enrique R. Soriano Valencia
Enrique R. Soriano Valencia
Mexiqueño. Licenciaturas en Periodismo y Ciencias de la Educación. Premio Estatal de Periodismo Cultural 2009. Cuatro libros y tres centenares de talleres, cursos y conferencias sobre Redacción, Ortografía, Formación de Instructores y aspectos de la cultura mexica. Correo electrónico: sorianovalencia@hotmail.com Facebook: Chispitas-de-lenguaje Twitter: @ChispitasDeLeng

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