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jueves, marzo 28, 2024

Machiotlahtolli

Los dichos, las sentencias, los aforismos, los refranes son enunciados que sirven como modelo para evaluar, criticar, entender o representar conceptualmente una situación. Son fórmulas prestablecidas, de construcción invariable, que apelan a la agudeza de quien la escucha. Su estilo es lapidario. Así, por ejemplo, si un muchacho es sorprendido haciendo una acción inadecuada y alguien enuncia «dime con quien andas y te diré quien eres», estará dando a entender que las malas compañías lo han llevado a ese comportamiento.

Todas las culturas en el mundo tienen este tipo de modelos expresivos. En inglés, por ejemplo, esta misma intención la enuncian “Hunt with cats and you catch only rats” («caza con gatos y sólo conseguirás ratas»). El que no sean frases idénticas comprueba que la intención, el mensaje intrínseco, es lo importante. Responden a una necesidad concreta de una sociedad específica y así la tradición las acuña como fórmulas de sabiduría popular.

El mundo prehispánico no fue la excepción. Los antiguos mexicanos también crearon estas sentencias. A estos enunciados se les identificó como machiotlahtolli, «palabras modelo». Esta voz viene de machiotl, que significa «formato, guía o conducta» (similar al aumentativo de macho en español), muy usada en México para referirnos a los formatos; y tlahtolli, que significa «palabra».

Dado que su realidad y ambiente fue diametralmente distinto al actual, las palabras modelo tampoco coinciden con nuestro concepto occidental. Es decir, los símbolos, las metáforas a los que recurren las sentencias son totalmente diferentes.

Las machiotlatoli «… se distinguen esencialmente de otros géneros verbal nahuas por la brevedad lapidaria, por su contenido ético-didáctico, por la sabiduría que entraña, y por la ironía edificante…», dice Patrick Johansson en su libro sobre este tipo de voces (Mc Graw Hill, México, 2004).

«Nadie es ombligo en la tierra» (áyac xictli in tlaltípac) era una frase enunciada para decir que nadie era despreciable, pues su apariencia podía no corresponder a su sabiduría. En este sentido, la cultura mexica propiciaba el trato respetuoso de cualquier persona, independiente de su calidad social. La forma de vestir era sólo referir que la apariencia no debe ser el criterio para valorar a una persona.

«Los frutos maduran en la tierra» (xoxocotioa in tlaltípac), expresión aplicada para que los jóvenes no buscaran experiencias que no les correspondían. La cultura mexica tenía un concepto de orden que no debía trastocarse. Para facilitar al Quinto Sol su continuidad, cada persona debía hacer lo que le correspondía, particularmente los jóvenes formarse correctamente, donde se había destinado fueran instruidos.

En nuestra cultura cuando algo ya no tiene remedio solemos decir: «ya ni llorar es bueno». El equivalente en la cultura mexica sería «In ie tlécuil íxcuac, in ie tlamamátlac». Una traducción literal sería «ya frente al fogón, ya en la escalera». Esta expresión era usada cuando alguien ya estaba frente al altar del sacrificio y no tenía ya más opción. Es decir, que ya su destino estaba marcado.

Hubo infinidad de machiotlahtolli. La mayoría de estas «palabras modelo» relacionadas con la religión prehispánica o la guerra no sobrevivió. Es una lástima.  Pero para muestras, este botón.

Enrique R. Soriano Valencia
Enrique R. Soriano Valencia
Mexiqueño. Licenciaturas en Periodismo y Ciencias de la Educación. Premio Estatal de Periodismo Cultural 2009. Cuatro libros y tres centenares de talleres, cursos y conferencias sobre Redacción, Ortografía, Formación de Instructores y aspectos de la cultura mexica. Correo electrónico: sorianovalencia@hotmail.com Facebook: Chispitas-de-lenguaje Twitter: @ChispitasDeLeng

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